VILLA DE SAN JUAN, COAH.- A 13 años de la explosión registrada en Pasta de Conchos, ayer, viudas, hijos, padres de familia y hermanos, se congregaron en las instalaciones de la mina para rezar por las almas de los obreros que murieron en cumplimiento de su deber.
A pesar del frío, pudo más la voluntad de estar en el campamento que desde hace algunos años, los deudos han mantenido hasta lograr recuperar los cuerpos de sus seres queridos.
Cubiertos con cobijas, y una fogata que les alumbró por la madrugada, las viudas encabezadas por Tomasita Martínez Almaguer y Elizabeth Castillo Rábago esperaron el alba para iniciar su jornada como cada año, llevar las ofrendas florales al altar donde se encuentran las fotografías de sus seres queridos y escuchar la misa oficiada por un sacerdote de la localidad.
Bendicen las instalaciones del complejo carbonero.
Cerca de las 10:00 de la mañana realizaron en la zona centro de la ciudad de Nueva Rosita una marcha pacífica, acompañadas de mineros de varias secciones ancladas en puntos diversos de la República Mexicana, los cuales se solidarizaron con las viudas, exigiendo el rescate de los mineros, contingente que partió del bulevar Adolfo López Mateos y que tenía como destino llegar al exterior de la empresa Industrial Minera México, sin embargo de última hora cambiaron el recorrido desplazándose al Libramiento Norte para llegar a la mina Pasta de Conchos.
Frente al altar, rezan por las almas de los mineros.
El exterior de la mina se vio abarrotando de mineros pero también de elementos de Fuerza Coahuila, los cuales se aposentaron a un costado del camino que conduce a la pluma del complejo carbonero, armados, con un convoy de más de 10 patrullas y por lo menos una treintena de elementos quienes en todo momento estuvieron vigilando en caso de que se presentara algún disturbio de llegar mineros afines al Sindicato Nacional Democrático los cuales no hicieron acto de presencia en el lugar.
Finalmente y ante el arribo de Napoleón Gómez Urrutia, las viudas presenciaron una ceremonia litúrgica al interior del complejo carbonero donde horas antes se realizó la primera misa organizada por personal de la empresa Industrial Minera México, acto que dirigió el sacerdote Juan Alberto García y el cual llamó a los trabajadores a respetar dicho acto donde llevaron a cabo el XIII Memorial por la muerte de los mineros.