El escritor y crítico musical Jerry Hopkins dijo alguna vez: “América ha aportado a la historia el básquet, la Coca-Cola, Mickey Mouse y Elvis Presley”.
Así de grande era el indiscutible “Rey del Rock” Elvis Presley, quien nació en Tupelo, Mississippi el 8 de enero de 1935. Se dice que compró su primera guitarra en 1946, con tan sólo 11 años de edad y el mundo le estará siempre agradecido por eso.
Su voz era entre barítono y tenor, como de cantante negro, pero lo más icónico era el movimiento de la pelvis que hacía derretirse a millones de mujeres de varias generaciones en todo el mundo, eso junto con sus vestuarios y su peinado eran un conjunto de mágicos aportes que enloquecían a cualquiera.
La muerte de Elvis Presley: La corona y el trono del rock quedaron vacantes desde entonces y para siempre pasando de ser un ídolo a convertirse en mito y leyenda.
La canción que lo colocó como ícono del Siglo XX fue “That’s All Right, Mama” grabada en 1954, posicionándolo como parte de la cultura popular de esa época.
El 16 de agosto de 1977 a los 42 años falleció en el cuarto de baño de su mansión en Graceland por diversas enfermedades como glaucoma, hipertensión arterial, daños en el hígado y un colon amplio, un cuadro médico grave causado posiblemente por el consumo excesivo de drogas.
La corona y el trono del rock quedaron vacantes desde entonces y para siempre pasando de ser un ídolo a convertirse en mito y leyenda. Durante sus shows desde 1956, la frase que les aseguraba a los asistentes que el concierto había terminado era la de “Elvis has left the building” (Elvis ha abandonado el edificio) y en su último concierto nadie pensó que esa frase sería la última vez que Elvis abandonaría ese edificio.
