Momentos de angustia, dolor, rabia y desesperación vivieron familiares de los trabajadores lesionadas en la sala de Urgencias de la Clínica 7 del IMSS, al no tener información clara del estado de salud de los obreros.
En la desesperación por contar con información hubo un conato de pleito provocado por la prepotencia del comisionado de Seguridad Pública Gilberto Silva Guajardo, quien a empujones pretendía desalojar la clínica para que se diera el traslado de los lesionados.
Dando órdenes e impidiendo el paso a los pacientes que iban a consulta a urgencias, el funcionario sindical usurpó funciones de director de Seguridad Pública.
Al lugar llegaron más de 20 elementos que desalojaron a familiares y medios de comunicación para hacer una valla que permitiera el traslado de los dos lesionados más graves.
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En el lugar gritos y empujones, propiciados por el sobrado protagonismo del funcionario sindical de la Sección 288, al que familiares de trabajadores pedían incluso que se retirara pues solo estaba enardeciendo los ánimos.
Heridos poco a poco fueron llegando a urgencias de la Clínica 7, pero era poca la información disponible.
Conmocionados por la noticia, familiares de los obreros que resultaron lesionados en la explosión que ocurrió en el interior de AHMSA 2, no daban crédito a lo sucedido.
Poco a poco fueron llegando a urgencias de la Clínica 7, pero era poca la información disponible.
El primero que trasladaron fue Juan Manuel Sierra quien es oficial de operación nivel 6, vive con dos hijos y uno de ellos, Juan Sierra, fue hasta el nosocomio acompañado de sus tías.
Juan Sierra, hijo de uno de los lesionados.
“No me han dicho nada, solo una tía se fue con él a Monterrey, a mí solo me hicieron firmar una responsiva para el traslado y recoger sus pertenencias, y solo nos dijeron que su estado es crítico”, comentó su hijo.
La familia del joven José Abdel Mata Vargas quien resultó con quemaduras en el 40 por ciento de su cuerpo, de categoría Fundidor, de edad 25 años, apenas había cumplido un año de matrimonio, su esposa y su madre, se encontraban inconsolable.
Don Jesús, compañero de trabajo.
“Yo trabajo con “Sierrita”, así lo conocemos, vine a ponerme a la orden con la familia, pues él y yo ya somos compañeros desde hace muchos años y pues es muy lamentable lo que sucedió, pero sabemos que ese es el riesgo que corremos”, comentó Jesús.
