Acompañar al rebaño, evitar desbandadas, mantener el grupo unido, ladrar a las ovejas descarriadas... tal vez es fácil imaginar qué actividades conforman la peculiar jornada laboral de un perro pastor.
Lo que quizá no es tan imaginable a priori es la singular belleza de las imágenes que genera su trabajo vistas desde arriba, a unas cuantas decenas de metros de distancia.
Eso es precisamente lo que muestran estas imágenes captadas en una granja de Rainbow Station, en Nueva Zelanda.