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Cameron regresa al Titanic

Por Agencia - 10 diciembre, 2017 - 12:30 p.m.

En diciembre de 1997 el Tita­nic atracó en las salas de cine del mundo y se convirtió en un fenómeno que recaudó más de dos mil millones de dólares en el tiempo que se mantuvo en cartelera, además de 11 Os­car. Si bien la historia de amor entre Jack y Rose, creada por James Cameron y enmarcada en la tragedia del barco más famoso del mundo conmovió al público, también su espec­tacular producción desper­tó —aún más— el interés por saber a ciencia cierta qué su­cedió la noche del 15 de abril de 1912.

A 20 años del lanzamiento de la cinta, National Geogra­phic y Cameron se aventuran nuevamente en la historia del barco de la línea náutica Whi­te Star que ha inspirado a la exploración submarina, la es­critura de libros y la creación de documentales, tratando de dar respuesta a las preguntas que continúan surgiendo so­bre el suceso. En Titanic: 20 años des­pués, documental que se es­trena hoy, Cameron —quien es el productor del mismo— desmenuza su experiencia al realizar la cinta, los retos que tuvo que enfrentar, la in­vestigación que realizó, y da una nueva visión de aquellas partes de la trama que tuvo que sacar en el momento de la edición, además de incluir los testimonios de los descen­dientes de personajes como John Jacob Astor, Molly Brown e Isidor e Ida Straus. “Una vez que tuvimos la película hecha no podíamos imaginar quitarle algo. En tér­minos de cosas que me hu­biera gustado mantener y que se quitaron respondió más a una limitación de tiempo que a otra cosa; de hecho, pien­so que todo respondió a eso. Construimos este enorme set y los modelos… y los rompi­mos, los hundimos; también filmamos muchas escenas con personajes históricos, que en realidad no son personajes, son personas reales. “Momentos como Ida e Isador Straus cuando ella le dice que se va a quedar a bordo del barco con él y a morir con él porque han vivi­do por mucho tiempo juntos… eso lo filmamos y después lo tuvimos que sacar en la pos­producción. Una de las cosas más bonitas de este especial es que vamos a mostrar un poco de esas cosas que que­daron fuera que tienen que ver con los personajes histó­ricos asociados con el hundi­miento”, señaló Cameron en entrevista. Para la realización de la cinta, el cineasta se rodeó de expertos en el tema quienes fueron llevando a Cameron a través de sus propias investi­gaciones para que así pudiera dar forma a la historia del tra­satlántico que yace en la pro­fundidad del Atlántico Norte. De igual forma, en esta ocasión Cameron reunió un equipo de especialistas en­tre los que destaca el Dr. Ro­bert Ballard —explorador residente de National Geo­graphic y quien descubrió los restos del Titanic en 1985—, Parks Stevenson —historia­dor, documentalista e inge­niero en sistemas navales—, Don Lynch —historiador y es­critor— así como Ken Mars­chall —historiador visual y el creador más importante del mundo de obras de arte del Titanic. “Tuve unos grandes con­sejeros que no fueron sofo­cantes ni tampoco decían que lo sabían todo, estaban dispuestos para admitir que existían algunos vacíos en el conocimiento general de lo que había sucedido; fueron muy abiertos a ver las cosas desde ángulos nuevos y dis­tintos. En ese sentido me di la libertad de sacudir un poco las cosas y desafiar algunas de las conclusiones históricas que se habían hecho y que yo quería responder. “Antes de filmar la pelícu­la, el año anterior, habíamos hecho unas 12 inmersiones al barco y revisado todo tipo de cosas que no se habían ex­plicado por la sabiduría con­vencional de la comunidad del Titanic, lo que pusimos en pantalla fue un compuesto entre lo que se sabía, lo que se había aceptado y un montón de ideas nuevas que eran un poco radicales. Era de cierta forma una provocación a la comunidad del Titanic para que vieran las cosas de otra forma, las cuestionaran y les dieran respuesta, lo cual pro­vocó una serie de investiga­ciones de nuestra parte y de otros investigadores”, añadió. Si bien la cinta llevó un gran trabajo de producción e investigación, también re­quirió de un alto nivel de ac­tuación por parte del elenco y extras que participaron en ella ya que tuvieron que enfrentar, de la forma más segura po­sible, situaciones extremas como filmar dentro de agua helada, correr por pasillos, chocar con elementos propios de la cubierta y, de alguna for­ma, sobrevivir al desastre del hundimiento del Titanic. “Siempre hay un factor X cuando estás haciendo una producción tan grande como lo fue Titanic, ese factor, como lo llamo, es el riesgo de lo que puede pasar y que no lo tienes medido y visualizado. Tienes a los mejores en efec­tos, en el equipo de dobles y siempre existe una posibili­dad de que algo pase. Nunca dudé en pedirle a alguien que hiciera algo, si hubiera duda­do no lo hubiera filmado. “La escena en la que Jack y Rose son arrastrados por una puerta de metal que los sigue mientras cientos de tonela­das de agua se vienen detrás de ellos, era peligrosa. Había algo que me decía que algo podía salir mal, así que cami­né durante 20 minutos el set donde la hicimos para darme cuenta de que todo estaba en orden antes de rodar; en el úl­timo segundo decidí poner­les a ellos y a los extras cables de seguridad para que fue­ran lanzados fuera del set de la manera más segura”, com­partió el cineasta. Excélsior

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