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Coahuila

“Cáncer no me mató; me hizo más fuerte”

Adriana Cruz
Por Adriana Cruz - 24 febrero, 2018 - 04:02 a.m.
“Cáncer no me mató; me hizo más fuerte”
Empezaron las quimioterapias, caída de cabello, pérdida de peso y los malestares de tanto medicamento.

Castaños.-Solo quienes han enfrentado la enfermedad del cáncer, conocen lo difícil que se torna luchar contra él, luchar por vivir y ver un nuevo amanecer, la historia que a continuación presenta Periódico la Voz es de una mujer valiente castañense, quien a la edad de 31 años contrajo matrimonio con el amor de su vida, quien le ha ayudado a encarar la enfermedad.

La ilusión de crear una familia, de compartir sueños, proyectos al lado del ser amado, tuvo que ser irrumpida por el terrible cáncer, después de un año de casada recibe la noticia que padece cáncer de mama.

Esta es la historia de Maribel Díaz Rivera, hija mayor del matrimonio formado por Fernando Díaz Carrillo y Juana María Rivera Moncada. Nació el 09 de noviembre de 1982 en Monclova Coahuila, pero toda su vida ha vivido en Castaños, Coahuila.

Tuvo una infancia maravillosa, los primeros 4 años criada a lado de sus abuelos paternos y maternos. Sus padres dieron lo que pudieron en cuestión de estudios. Empezó a trabajar a los 18 años de edad terminando la preparatoria.

Su primer trabajo fue en una maquila en la cual duró 4 años, después de ahí trabajó en dos maquilas más, por un tiempo cerca de un año entre las dos.

Contrajo matrimonio un 14 de junio de 2014 después de casi 5 años de noviazgo. Ella de 31 años y el 28, “me decían asalta cunas”.

Recordó que en mayo del 2014, en una de sus exploraciones se detectó un bultito en el seno izquierdo, no causaba molestia alguna, de inmediato se dirigió al IMSS donde fue atendida por un ginecólogo descartando cualquier anomalía.

Llegó un momento en que la bolita creció y molestaba, por lo que acudió a una clínica particular donde se le realizó una biopsia más extensa, esto a finales del mes de enero del 2015

A través de este examen extrajeron las micro calcificaciones para estudiarlas. Eran tan pequeñas, como si fueran moronitas de arena.

“Tres días después, a las 9:30 de la noche me llegó un mensaje de texto de la clínica, la doctora quería verme urgente para darme los resultados”.

Un mal presentimiento inundó su corazón y con la ayuda de su madre y sus tíos visitaron a la ginecóloga, quien lamentablemente dio el resultado que ella ya esperaba.

“Sentí rabia, impotencia, que si todo se hubiera detectado mucho antes sería menos mi sufrir, cómo un médico puede dejarse llevar por la edad y no hacer una biopsia más profunda y salir de dudas.”

“Hasta dónde voy a llegar, qué sigue de aquí, y mis planes, y mis sueños, mi esposo, mis padres, mi familia, apenas empiezo a vivir lo bonito y me dicen esto, mi madre muy triste me mimaba y lloraba, me abrazaba y yo seca, impactada, ni una lagrima, no quise llorar frente a ella, solo escuchaba las palabras de la doctora que taladraban en mi cabeza”.

Entérese.

“A finales de enero 2015 me diagnosticaron cáncer de mama a mis 32 años en pleno inicio de lo mejor de la vida, planes de bebé, planes de edificar nuestro hogar, planes de viajes, un montón de sueños e ilusiones”

OIR LA PALABRA CÁNCER ES COMO SI DIJERAN LA MUERTE

Por temor a todo esto, muchas personas no van al médico. Por vergüenza a que las revisen muchas personas no se dan cuenta de su enfermedad hasta que está en una etapa muy avanzada que difícilmente tendrá remedio.

“Por favor, no dejes para después lo que puede salvar tu vida. Chécate y tócate para que no te toque”.

Le entera a su marido por teléfono y solo le dijo salió positivo y soltó en llanto. Por la mañana regresé a casa a esperar a mi marido, al parecer más tranquila aún con los ojos hinchados de tanto llorar. “Él llega y me abraza muy fuerte, callado solo dijo todo estará bien”.

Empezaron las quimioterapias, caída de cabello, pérdida de peso y los malestares de tanto medicamento y agujas que rasgaban su piel.

“Solo con ver el medicamento de color rojo me revolvía el estómago, solo con pensar en estar dos horas sentada recibiendo la quimioterapia me bajaba el ánimo. Pero ver personas que estaban peor que yo, me hacía pensar que nadie recibe más de lo que puede soportar, recibían quimioterapias diarias, o medicamento que lastimaba sus venas al momento que entraba la primera gota”.

“Me entristecía ver niños tan pequeños y sufriendo tanto, es algo inexplicable, escuchar sus llantos, decir !mami ya no! , ¡ya no! ¡me duele!, hacia rodar fácilmente mis lágrimas. Así trascurrieron las 8 sesiones de quimioterapia, algunas veces me acompañó mi padre, mi suegra, otras mis hermanas y mi tía”.

Al fin llegó la fecha de la última quimioterapia, 17 de agosto, sentí un gran alivio (así como cuando terminas un ciclo escolar y recibes tu graduación) pero aún venían pasos difíciles. Primero me recetaron 5 vacunas para levantarme las defensas debido a que la penúltima quimioterapia me las bajó mucho, “estas vacunas me debilitaron aún más”.

Serán cinco años para que el médico dé alta a la paciente, posteriormente buscar un bebé, actualmente espera Maribel 2 años y medio y lucha incansablemente para sobrevivir y dar vida.

MARIBEL ¡LAS CICATRICES SON LO DE MENOS, LO QUE IMPORTA ES LA VIDA!

Al fin llegamos a mi camilla, ahí estaba ya mi marido con su semblante cansado pero fuerte diciéndome que me ama, tocando mis manos y mi cara secando mis lágrimas. Siempre a mi lado luchando juntos.

Eso vale mucho para alguien que tiene cáncer o cualquier enfermedad degenerativa, el apoyo incondicional de quien te ama.

“Llegó el día que el Doctor me ordenó que me bañara y me levantara a caminar, ahí lo más triste, lo más difícil verme desnuda y ver que me faltaba una parte de mí, y en ese lugar una tremenda herida, estuve casi a punto del desmayo y sentí su abrazo y sus palabras, “amor, tu no vales por un seno, aún nos falta mucho camino por recorrer juntos, aun así era difícil contener el llanto”.

Serán cinco años para que el médico dé de alta a la paciente, posteriormente buscar un bebé, actualmente espera Maribel 2 años y medio y lucha incansablemente para sobrevivir y dar vida.

Maribel Díaz Rivera, lucha contra el Cáncer.

“Ya falta menos, espero con gran emoción el día para poder suspender el medicamento y buscar ese bebé que tanto anhelamos. Es aquí cuando quiero que no me hubiera pasado esto, cuando me canso de luchar y quisiera botar todo a la basura. Pero también pienso que por algún motivo Dios me tiene en esta vida, y mientras la tenga hay que seguir luchando en compañía de quien realmente quiera estar conmigo”.

Nadie ha dicho que esto sería fácil, es un camino demasiado empedrado, espero que al pasar los 5 años, (aún quedan 2 y medio) salga todo bien, que no se haya ido nadie de los que amo y que hayan llegado más.

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