Todo un éxito la mercadotecnia con motivo del Día de las Madres.
Sin embargo la emoción que se siente en el panteón al ver a los hijos de las madres que se antecedieron en el camino es indescriptible.
No hay edad para recordar a una madre, bien sea niños, jóvenes, ancianos, pero todos tenemos presente a la autora de nuestros días porque de ella nacimos y es justo tenerla en nuestro pensamiento todos los días.
Llama la atención el hecho de que personas mayores de edad llegan muy temprano al panteón cargado de flores, con la cubeta, la escoba, para limpiar la tumba de quien les dio el ser.
También llama la atención de las familias que tienen por tradición acudir al panteón a pasar el día con los tacos ya hechos, los refrescos, un paraguas y mucha agua para darle a los niños.
Pero el homenaje va más allá en algunos casos como por ejemplo aquellos que llevan el sonido, la bocina y hasta el mariachi para que le canten a su madre las melodías que eran de su agrado.
De una u otra manera se lleva a cabo el homenaje, incluso se ven tumbas en el panteón que no tienen flores, no están alegres como el resto, pero la rodean los familiares de la difunta que reza un Padre Nuestro en honor a ella.
No todo se compra con dinero, devolver un poco del amor que recibimos de la mujer que se comprometió ante Dios traer hijos al mundo para criarlos, educarlos y hacer de ellos personas de bien no es fácil.
Ser madre es una encomienda divina que va más allá del alumbramiento, es estar preparados para responder por la confianza que el Padre Eterno nos confió, en este caso los hijos y eso no es cualquier cosa.
Más que un festejo es un reconocimiento a los seres que son la pieza clave que embona en la sociedad y que hace el equilibrio para que todo marche bien.
Es la persona que calma las aguas en tiempos turbulentos, que junta a los hijos como la gallina a los pollitos debajo de sus alas para protegerlos de todo, que hace que los hijos se unan al tronco de la familia como las ramas al árbol y que deja un hondo vacío cuando se va porque no hay nadie que la supla.
Darle su lugar es lo mejor en estos tiempos, saber escucharla y apoyarla, tolerarla porque conforme pasan los años los achaques se presentan en cascada de tal manera que en ocasiones se tornan incontrolables y es ahí donde entran en acción los hijos.
Solo se trata de devolver un poco de lo mucho que como hijos recibimos nada más.
Y pasando a otra cosa.
Pues el alcalde de Cuatro Ciénegas Jose Luis Fernández Hernández ya sentenció que pondrá sus condiciones con eso de la conformación del sindicato de trabajadores burócratas y que no va a permitir advenedizos.
Ya sabemos quien es la persona que le está poniendo piedras en el zapato al Edil, pero este no es nada dejado y hasta el último momento de su administración dará batalla.
No es malo tener un sindicato dentro del Municipio porque beneficia mucho a los trabajadores, el problema es la intervención de terceras personas que nada tienen que ver en el asunto y que en su momento se darán a conocer, lo mismo que sus intereses políticos que de acuerdo con la versión del Edil son meramente protagónicos y con miras a pasar a la historia.
Lo cierto es que no pasará mucho tiempo antes de que se conforme esta organización que buena falta le hace a los trabajadores.
Se trata de las prestaciones que merecen y que por supuesto no las tienen del todo con ellos por eso es la lucha que es permitida, ahora solo queda esperar.
Hasta Mañana.
