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Coahuila

Tiene cinco hijos y vive en el olvido

Lidiet Mexicano
Por Lidiet Mexicano - 16 noviembre, 2017 - 03:06 a.m.

Inmovilizada, sin comer ni tomar medicamento y viviendo en el olvido de sus hijos es como sobrevive una ancianita de 80 años de edad en la esquina de Garita y Matamoros en la zona Centro de Monclova.

Postrada sobre una mecedora que le ha originado llagas en sus piernas, doña Norberta Almaguer Coronado vive lamentándose por la falta de interés de sus cinco hijos, aunque tres de ellos viven adjunto a su casa, solo uno le apoya económicamente y una de sus dos hijas le lleva comida una vez al día.

“Nadie que se quede conmigo de noche, no puedo caminar, solo una hija viene a verme de las dos que tengo, una vive en la Primero de Mayo pero viene, solo me deja un plato de comida y se vuelve a ir”, comenta entre sollozos la ancianita.

Doña Bertha, como es conocida en el barrio de la zona Centro, manifiesta que dejó de caminar tres años atrás, los médicos no saben a consecuencia de qué dejó de tener fuerza en sus piernas.

Primero comenzó a sentir débiles sus extremidades y comenzó a utilizar bastón, luego la debilidad era más y utilizaba andadera, finalmente no tuvo más movimiento en ninguna de sus dos piernas, por lo que empezó a ser una carga para sus hijos.

Con 400 pesos que le da como apoyo uno de sus hijos semanalmente paga a un vecino para que diariamente acuda a sus vivienda a recostarla ya entrada la noche, para poder descansar en su cama, todo el día está sentada en la mecedora frente a un televisor.

“Antes usaba bordón, luego andadera y ya después no pude caminar, mi hija la que me trae de comer nada más me insulta, dura un minuto aquí y se va, no soporta hacerse cargo de mi”.

En la casa marcada con el número 438 en la esquina de Garita y Matamoros, en ocasiones se escuchan gritos de auxilio, es Doña Norberta pidiendo apoyo de alguna persona para poder alcanzar sus medicamentos o para obtener comida.

“Anoche le llamé a mi hija porque quería una pastilla porque tengo una llaga y me dolía mucho y no quiso venir, le hablé a Bomberos y a la Policía y de rato vinieron, me dieron el medicamento y de comer, me siento decepcionada de mis propios hijos”.

“Aquí viven todos, al hilo, el único que me apoya económicamente es un hijo, pero no me cuidan para nada”, comentó.

En varias ocasiones, la señora de 80 años ha pedido a sus hijos que le trasladen a un asilo de ancianos, así ella pueda estar segura y tranquila y ellos sin ningún compromiso, sin embargo, se rehúsan a hacerlo debido a que tienen que hacer aportaciones a la estancia.

Vecinos de la ancianita aseguran que es constante que ella pida ayuda, a veces la Policía, a veces los Bomberos acuden a auxiliarle, pero nunca sus hijos.

“Soy viuda desde hace muchos años, esperaba que mis hijos me cuidaran cuando estuviera vieja, pero ahora es todo lo contrario, me duele en el alma que me traten así cuando les di todo”, explicó doña Norberta.

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