Saltillo, Coah.- De 630 mil niños que cursan en Coahuila el nivel inicial, preescolar, primaria y secundaria, alrededor de tres mil dejan anualmente las aulas por razones que van desde lo académico hasta lo personal.
No obstante, según datos de la Secretaría de Educación en Coahuila, el número al iniciar la administración era de alrededor de 252 mil niños, que correspondía a entre 30 y 40 por ciento del total de los ingresos.
De acuerdo al Subsecretario de Educación Básica, Julián Montoya De la Fuente, al inicio de la administración la entidad ocupaba el lugar número 28 a nivel nacional en permanencia escolar en tanto que prácticamente al término de la misma se ubica en el cuarto sitio.
Sostuvo que ante ello se tomaron algunas acciones, entre ellas la no reprobación, entendida como el “hacer todo el máximo” por parte de los docentes para que sus alumnos aprueben satisfactoriamente sus grados escolares.
Aseguró que la deserción aunque por diversos factores, coincidía en el caso de la Secundaria en que los alumnos debían buscar un empleo para solventar la situación económica de la familia, así como los elevados gastos en transporte hasta sus planteles, y en ocasiones la falta de estabilidad emocional en sus hogares.
“Ahorita a lo mejor no al cien pero sí están superados varios de estos”; detalló que de acuerdo a una planeación nacional se determinaron siete estrategias a aplicar entre ellas que los maestros no pueden presentarse a dar su clase si no están debidamente preparados con el tema que van a impartir en el módulo a tratar con sus alumnos.
“El otro es que no nada más una calificación numérica y de un examen es la que va a decidir el destino de ese niño; el otro los aprendizajes: los alumnos deben de estar involucrados al igual que los padres de familia”, expuso.
Respecto a las necesidades económicas de los alumnos, señaló que hay programas de becas estatales y federales para estimular a los alumnos en la permanencia, mismas que han servido para apoyar a las familias y evitar la deserción.
A todo ello se sumaron mejoras en los planteles ya que se demostró que la falta de servicios básicos como baños y agua corriente también afectaba el desempeño y permanencia de los educandos.
