El granizo, que alcanzó un tamaño de hasta 6 pulgadas de diámetro, duró aproximadamente 40 minutos antes de disminuir a una lluvia ligera. Los estragos de esta tormenta fueron considerables, afectando vehículos, hogares, negocios, estructuras de gran tamaño y áreas recreativas en toda la región.
Los servicios de emergencia, representados por la unidad COAH-198, se vieron obligados a intervenir para atender a varias personas heridas durante la tormenta. Entre ellas, se registraron posibles fracturas de antebrazo izquierdo y cráneo, así como lesiones adicionales en el personal de la ambulancia, que también requirió atención médica.
Tras el paso del fenómeno natural, se realizó un recuento de los daños en el edificio y el parque vehicular de la delegación de emergencias. Se confirmaron múltiples afectaciones en distintas áreas de la ciudad y sus alrededores, incluyendo centros comerciales, maquiladoras y hospitales.
Se reportaron daños significativos en el Hospital IMSS y el IMSS de Nueva Rosita, así como en el Hospital Centro de Salud Sabinas, que además quedó sin energía eléctrica. Esta situación provocó un aumento en la demanda de atención médica para las personas lesionadas durante la tormenta.
Además, muchas colonias experimentaron cortes de energía eléctrica, interrupción en los servicios de internet y teléfono, y calles obstruidas por escombros y cables caídos. Los semáforos sin funcionar contribuyeron a la congestión del tráfico, y se atendieron dos accidentes vehiculares en cruces donde los semáforos estaban inoperantes.
A pesar de los desafíos, las autoridades locales y las brigadas de emergencia trabajaron incansablemente para restablecer la normalidad en la ciudad y brindar asistencia a los afectados por este fenómeno meteorológico extraordinario.
