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Coahuila

‘Con burros y cerdos aprendi a sobar’

Dina Flores
Por Dina Flores - 10 mayo, 2017 - 04:38 a.m.

Ciega de  nacimiento, con sus viejas manos cura todos los males además que ayuda a las mujeres a dar a luz

CASTAÑOS COAH.- Cuidar burros y cerdos en pleno monte le sirvió para conocer los huesos, ciega por herencia sus manos son sus ojos que le ayudan a identificar las torceduras, fracturas e incluso las deformidades congénitas.

Pero no solo eso ha hecho toda su vida Juanita Hernández Elías, mejor conocida por todos como “La sobandera”, huesera, cura todos los males y con solo tocar el pulso de las personas sabe si la presión está baja o alta, lo mismo que la temperatura.

Rodeada de recuerdos, cosas viejas, vasijas y frente a ella una enorme imagen de la Virgen de Guadalupe junto con todos los santos que le han regalado en agradecimiento por devolverles la salud, Juanita permanece sentada todo el día en su mecedora recibiendo a la gente.

Con el frasco de alcohol en la mano dice ser originaria del ejido El Tanquito y que no fue a la escuela porque era más importante ayudar a sus padres en la cría y cuidado de los animales.

Aprendí cómo acomodar los huesos, para eso desde chica me fijé en la ubicación de los tendones, nervios y todo lo que está junto a los huesos, pero de las vacas porque se trataba de sanarlas y eso era en el monte cuando se les torcía una pata.

Dice que nunca tuvo miedo de lo que hacía pues alguien tenía que hacerlo y bien, de lo contrario, los animales se morían y eso afectaba la economía de la familia.

Al hablar de sus recuerdos de niña y jovencita, afirma que en los tiempos de antes no había niñez ni juventud, que los padres disponían de los hijos hasta que estos se casaban, para entonces algún oficio se aprendía y en el caso de ella fue conocer los huesos, por lo que cuanto accidente tenían los animales ella de inmediato los atendía y los curaba hasta que se reponían.

Nació un día de San Juan, 24 de junio de 1929, por eso se llana Juanita, devota creyente de Dios y de todos los santos afirma que si aún vive es porque no ha completado su misión en esta tierra y que los años no le pesan aunque el cuerpo ya no responda igual pues varias caídas le han quebrado algunos huesos, mas nunca ha estad postrada en cama, además no cree en los médicos porque dice que solo sacan el dinero a cambio de nada.

No sé qué ve Dios en mí para que me tenga aquí, a lo mejor me quedan muchas cosas por hacer y con gusto cumpliré con lo que me diga, además de que me siento feliz de conocer a mucha gente que confía en mis manos.

Además de acomodar huesos también acomoda niños, eso lo aprendió desde joven allá en las serranías cuando las marranas al momento de parir no podían expulsar a las crías, era entonces cuando los acomodaba para que salieran logrando que ninguno muriera.

Explica que eso mismo hace con las mujeres que traen al niño atravesado pero también ayuda a las que no pueden concebir a que tengan sus hijos.

Eso la ha llevado a tener “nietos” de esas mujeres que confiaron en ella y que con muchos remedios y mucha fe consiguieron ser madres.

Débil visual solo se guía por el sonido de las voces y el movimiento, pero eso no es impedimento para seguir haciendo lo que le gusta, sanar a quienes la visitan a cambio de cincuenta pesos, que es lo que cobra.

Mi escuela fueron los cerros, mis prácticas con los animales y eso me dio confianza para después ayudar a la gente, hoy mis huesos están casi secos pero tienen mucha fuerza para seguir en esta vida.

Durante la charla se encuentran presentes dos de sus seis hijos vivos, María Tránsito y José Ángel ambos débiles visuales debido a un factor hereditario que no tiene remedio.

Debido a eso no pueden trabajar y necesitan apoyo de todos, pese a eso nunca han pedido ayuda al Gobierno pues son unidos y se ayudan entre sí.

Tengo el consuelo de que a mi humilde casa han llegado personas de todos lados, incluyendo los Estados Unidos, de Nuevo León, de otros estados y eso me llena de alegría, hace veinte años que debido a una cura de mal de mal de ojo que hice quedé ciega pero no importa lo que llevo adentro, los sentimientos y las buenas vibras que la gente deja son cosas que no tienen comparación.

Y agrega, aquí seguiré sentada recibiendo a la gente hasta que Dios se acuerde de mí y me lleve a su lado.

Cabe mencionar que Juanita Hernández Elías fue elegida por el DIF Municipal para concursar como Mujer de Valor por su destacado trabajo en bien de la sociedad.

Aquí seguiré sentada recibiendo a la gente hasta que Dios se acuerde de mí y me lleve a su lado".

Juanita Hernández Elías

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