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Coahuila

Consterna muerte de niño

Por Staff / La Voz - 27 julio, 2017 - 04:20 a.m.

Ayer esperaban la llegada del padre de Saúl, quien se encuentra recluido en el Cereso de Piedras Negras

MELCHOR MÚZQUIZ, COAH.- El fallecimiento inesperado del niño Saúl Adrián Franco Vega, originario de esta ciudad y quien muriera al caer de la terraza de un hotel en la ciudad de Acuña, Coahuila la noche del pasado lunes, conmocionó a la sociedad muzquense.

Sin recordar a su padre, a la edad de cuatro años, Saúl se fue a vivir a Acuña con su tío Raúl Pinales, pues sus padres se separaron hace 12 años, precisamente la edad cumplida de Saúl Adrián tras fallecer.

Yolanda Gabriela Franco, madre del pequeño infortunado expresó: Hoy sé que le van a dar permiso a mi exesposo para venir a despedirse de nuestro hijo, antes de llevarlo a sepultar al panteón Santa Rosa.

El cuerpo del menor arribó a la cabecera municipal alrededor de las 02:00 horas de ayer, velándolo en una capilla de funerales García.

Su madre con el rostro desencajado mencionó a LA VOZ que él era un niño muy alegre, bromista y juguetón con sus hermanitos Estefanía y Edwin y muy buen hijo, exclama la mujer.

En el humilde domicilio de la familia Franco Vega ubicado en la calle Morelos número 514 todo es silencio, no se escuchan las risas de los niños pues ellos se encuentran a un lado del ataúd donde yacen los restos de su hermanito mayor, Saúl Adrián.

La madre de familia no llora, pero se refleja el dolor en su rostro, en espera de recibir al sacerdote que oficiará la misa de cuerpo presente en dicha capilla de velación donde se encuentra el menor de edad fallecido, puesto que no fue posible trasladarlo a la iglesia Santa Rosa por cuatro misas más que estaban por realizar, expresó Yolanda.

Fue en punto de las 5:00 de la tarde cuando el padre Raúl arribó y dirigiéndose a la familia de Saúl Adrián a quienes brindó palabras de alimento para salir adelante y superar esta irreparable pérdida, comenzó la misa.

Posteriormente, el cortejo fúnebre partió con dirección al cementerio donde sería sepultado el pequeño.

Así entre lágrimas y recuerdos de cómo era en vida Saúl, colocaron el ataúd en su última morada.

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