Guadalajara, Jal.- Perros, ladrones, polleros, coyotes, migra, sed, hambre, cansancio, peligros físicos, intimidaciones, y una que otra buena cara ha experimentado el tapatío Guillermo Romero, quien a sus 51 años ha cruzado en 14 ocasiones la frontera como ilegal y va por la número 15.
Este hombre, dedicado a la construcción de jardines en EU, quien estudió ingeniería estructural, pero no pudo titularse por no tener número de seguro social, y experto en ventas, es un ejemplo del drama que atraviesan miles de migrantes jaliscienses.
De acuerdo a cifras de la Delegación Jalisco del Instituto Nacional de Migración, en 2016 fueron deportados 11 mil 78 ilegales originarios de la entidad.
Romero lo intentó por el desierto, por terrenos escarpados y usando identificaciones falsas por la línea, ha estado en la cárcel por este delito y ha sido regresado en varias ocasiones.
