La espera terminó para don Jaime Torres Bustamante, quien diera a conocer su historia a través del Periódico la Voz. “Fueron más de 20 años, con las mismas prótesis que ya no servían”, y es que a la edad d 28 años don Jaime, conocido por su incansable lucha y perseverancia perdiera sus piernas y los dedos de la mano izquierda en un accidente cuando laboraba para la empresa Micare, Minera Carbonífera Río Escondido en Nava Coahuila.
Fue en el auditorio del ICC Instituto Central Coahuila en donde don Jaime conoció a quienes desde ahora lo acompañarán a todos lados, y en donde delante de la Asociación Manos de Acero, quienes realizaron a través de actividades altruistas consigeguir que la mirada de don Jaime tornara un brillo diferente al que mostraba con la molestia de sus viejas prótesis, las cuales estaban a punto de quebrarse.
La cita estaba pactada. Dos de la tarde, ante su esposa, amigos y personas que estuvieron al pie del cañón, fueron testigos de que la unión hace la fuerza, pero sobre todo de la tenacidad y perseverancia de un hombre, pese a su condición, difícil de alcanzar.
Antes de la prueba final don Jaime agradeció el apoyo de quienes sin pedir nada a cambio lo ayudaron a cumplir su sueño, así como el apoyo de su esposa, miembros de la asociación y gente que estuvo al pendiente de su historia.
No solo estuvieron presentes los nervios, también quien diseñara sus piernas nuevas, el doctor, así como Emanuel de Hoyos, fundador de la Asociación Manos de Acero y miembros de la misma, quienes mediante mensajes de ánimo lograron que don Jaime venciera el miedo y se levantara de la silla, no solo para dar un paso, sino para recorrer el escenario.
Apoyado por su esposa quien se encontraba en primera fila, y personas amputadas que se encontraban arriba del escenario, y la mano del especialista, don Jaime no titubeó y decidió desplazarse aún más, ganándose la admiración y el aplauso de los asistentes.
“Sera cuestión de acostumbrarme para echarme un baile”, dijo animado ante las miradas y el respeto de la gente que asombrada le dio ánimos. “Me siento diferente”.
Por su parte el especialista en prótesis explicó las molestias y daños que lamentablemente don Jaime sufrió debido a la gravedad del accidente y la antigüedad de sus prótesis, sin embargo enfatizó que no todos los daños son irreversibles y que aún se encuentran en tiempo para evitar mayores molestias.
“Don Jaime corría el riesgo de que no pudiera ser candidato para portar prótesis, lamentablemente aún hay secuelas, pero actuamos muy a tiempo para evitar mayores problemas a futuro”.
Asimismo el fundador de Manos de Acero agradeció el apoyo de quienes a través de las redes sociales y de los diferentes medios de comunicación conocieron la historia de don Jaime, e invitó a la sociedad a ser más conscientes y sensibles ante este tipo de actos y eventos, los cuales al igual que esta historia de éxito se pueden hacer realidad.
