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Curiosidad Agresiva: La clave para detectar oportunidades de manera sistemática

Por Ernesto García - 26 junio, 2017 - 04:06 a.m.

Durante los últimos años el emprendimiento se ha extendido como un término que define a muchos jóvenes con hambre de triunfo que están trabajando muy duro por ser el próximo Facebook o la nueva revelación de las 30 promesas Forbes en los próximos años.

El problema con esta concepción es que la denominación de “emprendedor” se la asignan esos mismos jóvenes como resultado de todo el contenido mediático que ha inspirado a muchos poniendo la imagen del estudiante promedio que cambia el mundo desde su cama y en pijama, cuando en realidad pocos tienen una idea de cuáles son las características que definen a un emprendedor que se dedica a crear empresas como forma de vida.

Que el número de emprendedores en México se haya disparado tremendamente en los últimos años es una maravilla para el futuro de nuestro país, pero que el índice de supervivencia de las empresas de nueva creación en México sea de 5% durante los primeros 5 años y que además, el número de nuevas empresas exitosas no haya crecido significativamente es preocupante, ya que si estamos buscando el progreso económico de México a través del éxito de nuestros jóvenes debemos ponernos bastante serios con el tema.

La gente que se dedica a crear empresas y el emprendimiento como forma de vida nunca deja de mantenerse informada de las grandes tendencias y problemas que le rodean; es decir, las ideas no les vienen a la cabeza un día en la mañana después de un sueño, sino que son resultado de un proceso sistemático y repetitivo que los lleva a actuar ante las cosas que se vuelven evidentes después de mucha investigación.

Esto último es uno de los aprendizajes más importantes que he obtenido durante mi estancia en un programa de emprendimiento en San Diego State University, donde tuve la oportunidad de conocer de cerca un ecosistema de emprendimiento decentemente desarrollado, donde la gente además de ser súmamente talentosa, es exageradamente receptiva a su entorno y las oportunidades que vienen con él.

En palabras de Bernard Schroeder, -director del Instituto de Emprendimiento Lavin en la SDSU y autor del libro Fail Fast or Win Big-, quien ha trabajado conmigo y otro grupo de jóvenes las últimas semanas, lo realmente genial de “saber que vas hacia algún lado aunque no sepas realmente a dónde es”, es que de esa manera te puedes dar la oportunidad de estar siempre curioso y atento.

Tal como nos contó hace un par de días, que mientras se paseaba por Roma en una vacaciones, se encontró a un joven Japonés que entró solo a un restaurante, al cual siguió de cerca para sentarse con él, presentarse, e iniciar lo que el mismo Bernie describe como una conversación que para el joven debió ser algo tenebrosa, pero que a final de cuentas le permitió a ambos entablar una buena amistad y aprender mucho uno sobre el otro.

¿Cuál es el objetivo realmente? Ninguno. Estar curioso es sólo una manera perfecta de aprender del mundo para eventualmente agregar valor en todos lados donde sea posible.

Este estado de “curiosidad eterna” no sólo es una característica de los emprendedores exitosos, sino que es un estado de búsqueda y trabajo continuo que genera oportunidades de manera sistemática y repetitiva, y no como una idea divina que llegó del cielo, sino más bien como algo que se vuelve evidente cuando se mira con un buen lente.

Bernie describe este proceso como el acto de tomar la punta de una bola de estambre y estirar hasta que quede totalmente suelto. ¿No tiene acaso mucho sentido? Pues, para los inversionistas no sólo en San Diego también lo tiene.

Pongamos un ejemplo que el mismo Bernie nos compartió en una de nuestras sesiones:

Un conocido suyo que es también un emprendedor exitoso, comenzó con su gusto por los perros, que fue como encontrarle la punta al estambre, y se decidió a encontrar oportunidades en esa área.

Fue así como comenzó a investigar, -o sea, a desenrollar el estambre- y se dio cuenta de cosas interesantes como que los millenials no quieren tener hijos, y en su lugar adoptan mascotas, o bien, que los baby boomers en Estados Unidos están empezando a viajar mucho, asi como que estos mismos millenials son ya en total 57.2 millones que comenzaron a trabajar en 2015.

Después de mucha investigación, las cosas se mpezaron a hacer evidentes: los dueños de estas mascotas suelen dejarlos con familiares o amigos por culpa de responsabilidades profesionales o viajes.

No tardó en darse cuenta de que había una oportunidad increíble en el cuidado de mascotas para profesionistas y gente que suele viajar, ya que después de un proceso de validación, confirmó que esta gente pagaría unos cuantos dólares por cuidados incluso especializados para sus mascotas.

Así nació un concepto exitoso de hoteles para perros en San Diego. El resto es historia, y cómo diría Bernie; “Qué loco, ¿no?”

Como conclusión, nuestro trabajo como emprendedores es mantenernos curiosos, y dedicarnos las 24 horas del día y 7 días a la semana para hacer preguntas, investigación y obtener muchos datos del mundo que nos rodea, en orden de conectar los cabos sueltos para que las oportunidades aparezcan frecuentemente y puedas trabajar sobre ellas como si de tu trabajo rutinario se tratara.

Mi invitación para los jóvenes y emprendedores no sólo de Monclova, sino de todo México, es que no pierdan la energía que los caracteriza, y que dediquen todo ese ímpetu a la construcción de oportunidades reales y sustentadas que puedan aportar al desarrollo regional y construir casos de éxito real y sustentable.

Los emprendedores exitosos no sólo son curiosos, si no que esa curiosidad los hace sumamente agresivos para los negocios, y capaces de afrontar situaciones de arduo trabajo, con el único objetivo de hacer realidad una solución para las necesidades de su entorno.

No se trata de inventar el hilo negro. Se trata de preguntarle a la gente de qué color quiere el hilo, e incluso, si realmente quieren el hilo. Lo consecuente es sólo dárselo.

-E.G.

Originario de Durango, Durango. Ernesto García es estudiante becado en  licenciado en creación y desarrollo de empresas del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey.

En el pasado fungió como coordinador de imagen y diseño en la edición de Empresarios Jóvenes Coparmex Durango donde encontró su vocación por el emprendimiento y funda Morning Break un espacio de conexión entre empresarios y emprendedores que ahora esta en Monclova, Durango y Monterrey, con el objetivo de promover el emprendimiento local. Alimentado por su pasión de aprendizaje y el emprendimiento ha participado como maestro de ceremonias en eventos como INCmty y como expositor de proyectos en Noches de Pitcheo, Además, Co-funda Blue Influence, como una consultoría en el desarrollo de Soft Skills, ofreciendo cursos y dinámicas de desarrollo.

 Actualmente es Diseñador Grafico  con su marca personal: El niño con lápiz, con la cual ofrece servicios de creación de branding y diseño

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