No pueden faltar en las posadas y en Monclova tienen tanta demanda que se agotan
Seguramente el “dale, dale no pierdas el tino”, le recuerda algo como las posadas y precisamente en diciembre, con el arranque de las tradicionales fiestas, donde la piñata es lo más atractivo, lo que nadie olvida y lo que todos los niños esperan.
Y es en diciembre, por la época de las posadas, cuando aumenta la demanda de piñatas, fabricando en los negocios que se dedican a este rubro, cerca de 50 figuras de papel diarias.
Estrellas, pinos, santa Claus, reyes magos, piñas o renos son las figuras más buscadas durante estos días de fiesta; Margarita Arellano quien es propietaria de un local dedicado a la venta de piñatas catalogó estas fechascomo “diciembre, mes de las piñatas”.
Y aunque todo el año venden por pedidos, diciembre es la mejor época por las tradicionales posadas, y es que en ninguna falta la piñata.
En cada figura, una vez seca, Margarita invierte de 30 minutos a una hora, y aunque no lo parece, las chicas son las más complicadas. Las más pedidas son las tradicionales de estrella, aunque hay clientes que han pagado por modelos especiales. Las piñatas varían de precio de entre 200 y hasta 500 pesos, y hay de todos los colores y tamaños.
Las piñatas actualmente son de cartón, decoradas con vivos colores para que coincida con el tema de la fiesta de cumpleaños (de súperhéroes, princesas, o cualquier otro diseño creativo) o en este caso, de la temporada decembrina que dan alusión a los festejos navideños.
La piñata original tenía la forma de una estrella con siete picos. Los picos representaban los siete pecados capitales y los brillantes colores de la piñata simbolizaban la tentación. La piñata se transformaba en una representación de la fe ciega y de la virtud o la voluntad para vencer el pecado.
Pero además de las piñatas, también se han visto beneficiados los vendedores de dulces, que llevan en el interior de las tradicionales estrellas a manera de colación
Los caramelos y otras golosinas dentro de la piñata representaban las riquezas del reino de los cielos, por lo tanto, la enseñanza que se acompañaba con fe y una sola virtud podía vencer el pecado y recibir todas las recompensas del cielo.
