Definir un plan educativo a largo plazo es lo que requiere el país para que puedan reflejarse cambios en las futuras generaciones, ya que cada sexenio se está cambiando sin determinar los alcances, señaló la maestra y consejera de la Secundaria Benito Juárez, Josefina Sánchez Ponce.
Indicó que una generación completa pasa 15 años en las escuelas y si se cambian los modelos educativos cada cuatro o seis años, no se puede evaluar el impacto de tal o cual reforma.
Se requiere más constancia en planes educativos para que se reflejen los cambios en las futuras generaciones de estudiantes, indicó, deben trascender por lo menos tres sexenios.
Por ello se requiere de un plan rector educativo de unos 20 años y evitar cambiarse cada seis años, ya que, si se aplica solo cuatro años, o cinco como en este caso de la reforma Educativa, o peor aún un año de nuevo modelo y se modifica con inmediatez, no se puede avanzar nada.
El impacto de la educación en las nuevas generaciones es largo, es casi una regla en pedagogía y por ello los planes de trabajo educativo deben ser más autónomos y no utilizarlos como promesas de campaña, concluyó.
Josefina Sánchez Ponce, maestra de la Secundaria Benito Juárez.