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Coahuila

Denuncia discriminación

Por Agencia - 14 septiembre, 2020 - 12:47 p.m.
Denuncia discriminación

Juana María González Martínez quien padece discapacidad visual, denuncio al nefrólogo Ramiro Castro de la Clínica del Magisterio, quien no la ha atendido en varias ocasiones a pesar de encontrarse dando el servicio, además, ha recibido mal trato por parte del personal de archivo del turno vespertino.

Es docente pensionada, durante mucho tiempo enseñó en la Escuela para Invidentes de Monclova, tenía debilidad visual y el oftalmólogo ya la calificó como ciega total, solo detecta colores borrosos.

Su problema inició hace más de un año con dolores en sus costados y espalda, los médicos tardaron en detectar su padecimiento, cuando comenzó a tener mareos, sueño y cansancio, comenzó a insistirles que la revisaran bien ya que no era producto de la diabetes.

Le realizaron ultrasonidos y TAC, su riñón estaba invadido totalmente de piedras y se estaban incrustando al órgano, la trasladaron a una clínica en Saltillo donde le realizan las primeras cirugías, la primera cirugía se suspendió porque tuvo problemas del corazón y el riñón estaba demasiado infectado, le subió mucho el azúcar y lamentablemente, perdió más la visión.

El 13 de septiembre del 2019 fue su segunda cirugía, de la cual salió peor ya que le tuvieron que poner una sonda del riñón a la vejiga. Su riñón izquierdo está en riesgo ya que no le pudieron extraer todas las piedras que tenía pegadas en su órgano.

“Me dieron seguimiento pero luego de dar como tres vueltas a la clínica e insistirles, después se vino lo de la pandemia y volví a acudir a hacerme los estudios porque me sentía mal, en los últimos salí con 400 de azúcar y por eso, pedí consultar con el nefrólogo para ver si debía tener ajuste de medicamento u otro tratamiento”.

Le dieron cita el miércoles de la semana pasada, Silvia Martínez encargada de Archivo del turno vespertino, les dijo que esperaran al especialista en el consultorio porque estaba ocupado en hospital. Pasó casi una hora y su hijo salió a preguntar, le dijeron que el doctor ya se había ido sin revisar su área de trabajo.

“Silvia le dijo que debimos esperar en el pasillo y que cuando iba a adivinar que estábamos en el consultorio si ella nos dio la indicación, me dijo “hágale como quiera y hable con quien quiera” cuando le comenté que hablaría con coordinación”.

Ahí le resolvieron que en la próxima cita del día siguiente le enviarían una ambulancia para trasladarla a la clínica al no contar con un vehículo y estar mal de sus pies, en la segunda ocasión esperaron al médico en el pasillo, también los hicieron esperar casi una hora, sin embargo, le dijeron que no la podía atender.

Señaló, nunca ha sido una persona de conflicto pero es su salud la que está en juego y no están cuidando a las personas mayores y a las que tienen discapacidad.

“No solo hablo por mí, sino por cada situación que se presenta con los compañeros, así como a mí se me dificulta para ir a la clínica le puede pasar a otros, se está demandando una atención de salud. Ya me pusieron a dudar si esto es discriminación por ser discapacitada ya que antes de la cirugías me trajeron igual”.

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