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Coahuila

‘Diles que yo no lo maté’

Por victor fuentes - 04 octubre, 2017 - 03:35 a.m.

Intentó culpar del brutal crimen a un “grupo armado”

“Diles mentiras, diles que unos hombres armados en una camioneta negra se lo llevaron y lo golpearon afuera de la casa” fue la “coartada” que ideó Roberto Guadalupe Lerma Varela para justificar los golpes que le quitaron la vida al pequeño José Luis de tres años de edad.

A las 11 de la mañana de este martes se reanudó la audiencia contra Roberto Guadalupe Lerma “El Pelón” en la puerta de la sala Dos del Centro de Justicia Penal de Frontera por el delito de homicidio calificado con ensañamiento, premeditación, ventaja y traición.

En la audiencia pasada, los defensores del acusado solicitaron una prórroga de 144 horas para aportar pruebas de su inocencia.

Los representantes de la Fiscalía General del Estado dieron a conocer que existen datos de prueba suficientes para acreditar la participación del acusado en el delito de homicidio calificado con premeditación, ventaja, ensañamiento y traición en calidad de autor material, es por ello que solicitaron el auto de vinculación a proceso.

Según el expediente 520/2017, fue a las 10 de la noche del 24 de septiembre en la calle libertad 345 de la colonia 21 de Marzo, donde los involucrados se encontraban conviviendo con algunos amigos.

En el lugar, el pequeño José Luis no contuvo las ganas de ir al baño, por lo que hizo sus necesidades fisiológicas en el pantalón, lo que generó la molestia de su padrastro quien lo cacheteo delante de la gente.

El acusado golpeó al menor en los glúteos, piernas, rodillas, cara, cabeza, mejilla, codo, mano derecha, abdomen, le reventó el oído, además en el tórax calculando que fueron entre 80 y 100 golpes los que recibió.

El llanto del pequeño José Luis desataban más la furia del acusado, quien poco le importó las súplicas del menor que decía: “Ya papito, no me pegues por favor” para después dejar de moverse, perdió signos vitales e inmediatamente lo llevaron a la clínica 8 del Seguro Social donde les notificaron su muerte.

En ese momento pidieron un taxi, en el camino “El Pelón” exigió a su pareja echar mentiras y declarar que unos hombres armados se habían llevado al niño y luego lo aventaron afuera de la casa todo golpeado.

Cuando llegaron al hospital, el acusado se quedó platicando afuera con el personal del nosocomio donde les dio su supuesta versión de los hechos sobre unos hombres armados que se habían llevado al menor.

Los médicos se percataron que ya no tenía signos vitales, es por ello que la madre del menor comenzó a gritar que detuvieran a su pareja pues él había sido quien lo había golpeado hasta arrebatarle la vida, pero ya se había dado a la fuga.

Dentro de los testigos se encuentran Rosa Cárdenas, Magda Ruiz, Daniel Sánchez, Lauro Martínez, así como Miguel Pérez que atestiguaron contra el acusado, principalmente que era una persona violenta.

Las causas de la muerte son shock hipovolémico severo, es decir murió desangrado a consecuencia de las lesiones en diferentes partes del cuerpo.

Al escuchar las pruebas, el Juez decretó el auto de vinculación a proceso al existir datos que reflejan la participación del acusado en el delito de homicidio calificado, por lo que otorgó un periodo de 4 meses para la investigación.

Al considerarse un delito grave, el Juez decretó prisión preventiva para el acusado quien fue enviado al penal de Saltillo hasta que se retomen las audiencias en su contra el próximo 3 de octubre.

l - “No llore hijo de su pin… madre.” fueron las palabras del agresor a su hijastro quien en compañía de su pareja, Rosa Cardenas Ruiz lo metieron a bañar porque se había manchado la ropa.

Alrededor de las 00:30 del 25 de septiembre, la pareja en compañía de sus hijos de 3 y 2 años de edad regresaron a su domicilio ubicado en la calle 20 de noviembre 212 de la colonia Libertad.

“Le voy a pegar a Junior no se va a andar caga.. donde le de la gana” aseguró Roberto Lerma, quien le ordenó al niño se acostara en un sillón porque iba a pegarle para evitar que le ganara nuevamente.

Tomó una rama de un árbol de mezquite de 90 centímetros y aproximadamente 2.5 pulgadas de ancho y comenzó a golpearlo salvajemente, frente a su hermano menor y su madre, quien no hizo nada para detenerlo por temor a alguna agresión, pues unos días antes también la había golpeado.

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