México.- Las aduanas de Tamaulipas, principalmente en Nuevo Laredo y Reynosa, se han convertido en una de las principales fuentes de operaciones de los grupos del crimen organizado.
En complicidad con funcionarios del Sistema de Administración Tributaria, los delincuentes controlan desde ahí el flujo de mercancías a base de cuotas que cobran a los importadores, aunque su cargas sean legales y paguen impuestos.
"Es tal la corrupción, -dijo un empresario-, que ahora se paga doble tributo en todo, no nada más en whisky, cigarros o el llamado contrabando bronco".