El equipo, encabezado por el doctor oncólogo Iván A. Delgadillo, comprobó que tanto el bazo como el riñón estaban en riesgo de ser invadidos por las células cancerígenas. Esta constatación, pese a las complicaciones, obligó a considerar la posibilidad de extirpar el tumor abdominal para salvar la vida de María Rodríguez.
El tumor impactó al equipo por su volumen extraordinario. Sabían que al retirarlo se exponían a un sangrado abundante que pondría en peligro la estabilidad de la pacientedurante la intervención.