A sus 73 años de edad, Rolando Arturo De la Cerda García continúa vendiendo verduras y otros productos en la Zona Centro, la contingencia del Covid-19 no lo ha detenido y a pesar de los problemas de salud que lo aquejan, sale temprano todos los días con ayuda de su hijo.
Cuando iniciaron los contagios, Rolando tuvo que quedarse en su casa y hace tres semanas regresó a laborar a la calle Ocampo y Ramos Arizpe, por la edad que tiene pertenece al grupo de alto riesgo al Covid-19, necesita estar trabajando ya que no podría estar encerrado en su casa todo el tiempo como se lo piden sus cinco hijos.
Es pensionado, por muchos años se dedicó a laborar en los cines Reforma, Diana y Monclova, donde inició como intendente, poco a poco fue ascendiendo y lo pasaron a vender boletos, luego a estar en la caseta de las películas.
Tiene 22 años dedicándose a la venta de verduras como elotes, calabacitas, nopales, limones, entre otras cosas, ya que con la pensión que recibe no completa a pagar los servicios y comprar la canasta básica.
Le va bien en su venta y a lo largo de los años se ha hecho de clientes frecuentes, quienes le han ayudado dándole dinero en estos momentos de la pandemia. Trata de salir a trabajar todos los días, aunque sea un rato porque su salud está afectada.
Ya no puede mover su triciclo debido a unas hernias que le salieron al no tener los cuidados debido luego de operarlo de piedras en la vejiga, de esto hace seis años. Después le tuvieron que quitar la próstata y 17 piedras. Nuevamente, lo aquejan dolores en la vejiga y estaba por recibir los resultados de los análisis, para saber qué es lo que los ocasionan.
Sus hijos lo llevaron con un médico particular ya que temía contagiarse de Covid-19 en la Clínica 7 del Seguro Social, además, perdió sus citas de hace dos meses y medio. “Sabrá Dios que tendré, ahora si tengo miedo”, dijo don Rolando, espera que sus resultados no sean graves.
“La carrucha está muy pesada y no puedo moverla de mi casa para acá, aunque vivo a la vuelta, me ayuda mi hijo Pedro y mi amigo Armando, el perdió su trabajo por la contingencia. Tengo cinco hijos, uno me ayuda aquí y cuando debo ir a consultas me ayudan los demás”.
Cuando le queda mercancía, al día siguiente se despierta temprano para venderla a las 7:00 de la mañana y hasta la 1:00 de la tarde. Cuando se siente mal, se va a su casa por unas horas y luego regresa, no para en ningún momento y por eso es ejemplo para muchos ciudadanos.
Las personas que deseen apoyarlo a comprarle producto pueden hacerlo a la ubicación antes mencionada o a su casa en la calle Rafael de la Fuente 418 de la Zona Centro, agradece cualquier tipo de ayuda ya sea de canasta básica, medicamentos o dinero.
