La percepción de muchos que practican el atletismo, es que en Monclova existe mucho talento en niños y jóvenes que no han sido descubiertos o apoyados correctamente para que ellos tengan la oportunidad de trascender a niveles estatales, nacionales o mundiales.
Muchas personas o instituciones han dejado de darle la importancia a este deporte cuando se sabe que de esta ciudad han surgido monclovenses que han representado en competencias nacionales, internacionales o mundiales.
Sin embargo, también es conocido que muchos deportistas se han quedado en el camino por la falta de apoyo o un buen entrenamiento que los permita cumplir sus ilusiones o anhelos en el ámbito del deporte.
Álvaro Eugenio Martínez Castañeda, ha sido uno de los deportistas monclovenses que ha pasado por una situación adversa en su trayectoria cuesta arriba, sobrellevando situaciones difíciles que además de la educación y apoyo de sus padres y su experiencia, lo han convertido a ser una persona humilde, con carácter y la intuición para descubrir el talento en niños y jóvenes, a quienes les ha cambiado la vida y los ha impulsado a ser unos campeones.
La carrera que cambió su destino hacia el atletismo fue en un carrera inter Universidades.
SU INICIO EN EL DEPORTE
Siendo el mayor de su familia, Álvaro Martínez siempre le fue inculcado el deporte, su madre era una practicante del atletismo, y su padre era futbolista. Desde pequeño siempre acompañaba a su padre a los juegos y fue su mismo padre quien lo llevó a competencias de atletismo, en los cuales destacaba en los primeros lugares estatales y nacionales a nivel secundaria y preparatoria, sin embargo, el futbol era su deporte favorito.
“EL ATLETISMO ES UN DEPORTE PARA LOCOS, LO MíO ES FUTBOL”
Dado a sus primeras participaciones en las carreras y su destacada actuación, un maestro de la universidad le pidió constantemente que se uniera al equipo de atletismo y que lo practicara, sin embargo el monclovense siempre era de los que iban todos los días a practicar el futbol porque quería ser parte del equipo de la institución y su respuesta era; “¡El atletismo es un deporte para locos, lo mío es el futbol!”.
El impulso por el atletismo ha llevado a representar a Monclova en competencias nacionales e internacionales de alto nivel competitivo.
EL DETONANTE QUE CAMBIÓ SU CARRERA
“Siempre quise ser parte del equipo de futbol de la escuela Normal de Educación Física, quería destacar a nivel nacional, yo esperaba ser parte del selectivo, sin embargo mi nombre no estaba en la lista cuando la revisé. Cuando me retiré del lugar, en el camino encontré al profesor de atletismo y le pedí que me incluyera, pero no quería dejarme entrar, debido a que yo rechacé muchas veces su petición”.
“Por algo Dios pone las cosas en el camino, y en esa ocasión formé parte del equipo de atletismo y en la competencia inter Normales obtuve el primer lugar a nivel nacional, fue exactamente el detonante que me impulsó a entregarme al 100% a esta disciplina”, así lo mencionó Martínez Castañeda.
Su calidad de entrenador ha cambiado la vida a los atletas.
LOS MOMENTOS DIFíCILES EN SU CARRERA
A pesar del apoyo de sus padres para terminar su carrera en la Escuela Normal de Educación Física en Saltillo, los problemas económicos para sufragar los gastos propios de un estudiante foráneo eran parte de las situaciones que debía resolver.
“Pues como todo estudiante teníamos algunos problemas para los gastos, yo me ahorraba el dinero de los camiones y me iba corriendo, teníamos que pagar la asistencia, el departamento, los gastos personales. Hubo una ocasión que participé en una carrera en la categoría novatos, (mi primer carrera en Saltillo), ahí obtuve la premiación en efectivo, y así participé en otras la cuales me ayudaron mucho para terminar mi carrera, de hecho mi formación en atletismo fue en las carreras organizadas en de esa ciudad”.
EL PRIMER PROYECTO Y TRIUNFO COMO ENTRENADOR
“Como parte de la prácticas de su carrera, nos pidieron realizar un proyecto de deportes, y mi tarea era obtener talentos para el atletismo.
Fue en un sector llamado “La Guayulera”, que era conocido como un barrio bravo de bajos recursos, donde había delincuencia, drogadicción y muchos problemas sociales. Ahí fue mi primer campo de trabajo donde reuní un grupo de 20 niños a los cuales entrené por las mañanas en la escuela y en otras instalaciones en las tardes.
Mi primer triunfo lo obtuve con ellos al llevarlos en las eliminatorias de la Olimpiada hasta el nivel Nacional donde obtuvieron medalla de oro y plata en pruebas combinadas, y por ello digo que siempre fui bendecido y le agradezco a Dios por mis triunfos, pero sobre todo por haber sido parte de haber sido un cambio en sus vidas”.
Su carrera se consolida cuando realizó su proyecto con el Instituto Inmagusa.
MI PREPARACIóN COMO ENTRENADOR
Además de la preparación universitaria, Álvaro Martínez visitó la Ciudad de México con la ilusión de ser un atleta olímpico donde tuvo amistad con Andrés Espinoza, David Galván y Nora Leticia Rocha, además de entrenar con los Orduña.
“Por alguna razón no se pudo realizar mi sueño, pero mi actitud siempre era de aprender, y recuerdo que me sentaba para ver entrenar a Ana Guevara, velocista olímpica , siempre preguntaba su entrenador Raúl Barreda la razón de cada ejercicio, además cuestionaba a Rodolfo Gómez (padre del atletismo) de mis dudas, todo eso me ayudó a ser mejor como instructor, además de mi experiencia como corredor, cursos en Monterrey y como parte del Club Rodolfo Gómez en la Ciudad de México.
Sus primeras carreras fueron en la ciudad de Saltillo.
DE REGRESO A MONCLOVA
“Cuando llegué a Monclova fue difícil integrarme para trabajar, empecé a participar en todas las carreras de calle de 5 y 10K, competía en Saltillo, Monterrey, pero no conseguía trabajo. Tuve la oportunidad de trabajar en una maquiladora, aunque me dieron el apoyo con el patrocinio para competir, eso no era lo mío. Yo quería ser maestro de educación física, sin embargo no era muy conocido y no podía acomodarme.
LA CONSOLIDACIÓN DE MI CARRERA
“Después de las dificultades que pasé, la oportunidad la tuve frente a mi cuando la familia Galaz tuvo la paciencia de escucharme, les platiqué mis logros, mi preparación y mis proyectos. Hasta el momento durante 14 años he llevado al talento de los alumnos del Instituto Inmagusa a su máximo nivel en competencias, estatales y nacionales donde hemos predominado ampliamente desde los niveles preescolar hasta preparatoria en todos los aspectos, velocidad, de medio fondo y caminata.
Fuera del Instituto Inmagusa, actualmente cuento con 70 alumnos, y siempre los preparo de manera recreativa, trabajo la coordinación, velocidad, velocidad de reacción. Visualizo sus cualidades y trato de enfocarlos a las pruebas de pista y campo que más les conviene. Gracias a Dios tengo bien cubiertas todas las áreas del atletismo”.
