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El niño que vino de Honduras

Por Lidiet Mexicano - 15 mayo, 2017 - 04:19 a.m.

Irving Alexander, asegura que los mexicanos tienen mejores oportunidades para vivir y libertad que los migrantes no tienen en Estados Unidos

Con la ilusión de cumplir un sueño y de huir de la delincuencia que azota a su país, Irving Alexander salió de Honduras para enfrascarse en un viaje sin retorno. El destino era los Estados Unidos, pero por ahora está estancado en México.

Perdió a su padre a los 10 años de edad, era el único que lo cuidaba y velaba por su seguridad, el amor puro que perdió y que nunca más volvió a sentir.

La soledad se apoderó del niño indefenso que quedó desamparado tras la pérdida de su progenitor y comenzó ahí la vagancia, no solamente por las calles si no por países enteros, lo cual lo ha dejado solo por unos días permanecer en la capital del acero.

En busca del sueño americano, Irving Alexander Pérez Jiménez ha vivido cosas que le han marcado su vida, violencia en todo su esplendor le ha causado el temor que el mismo enfrenta al tratar de buscar una vida mejor para su futuro.

Fue abandonado por su madre al momento de nacer y vivió solo junto a su papá que poco perduró a su lado y por miedo a ser asesinado o involucrarse en las pandillas de Honduras, salió desde hace 10 meses de su ciudad natal San Pedro Sula.

Con una mirada que demuestra miedo, coraje, pero sobre todo esperanza el joven de 18 años mencionó que lejos de todo el sufrimiento que le ha atraído la vida, desea trabajar y formar una familia y no precisamente en los Estados Unidos de América si no donde tenga paz.

Lejos de huir por la condición económica pésima que hay en ese país, Irving salió de su tierra por temor a las acciones vandálicas de las pandillas que cada vez empeoran más obligando a los menores a convertirse en unos asesinos o de lo contrario ellos son asesinados.

“Las pandillas delincuencia y asesinatos son las razones por las que salimos de allá, yo no quise llegar a hacer cosas tan feas como las hacen muchos que se convierten en bestias”.

Las lempiras (moneda de Honduras) alcanzan para un refresco y una pieza de pollo, la gran mayoría de los habitantes viven al día.

“No tenemos los recursos suficientes como los tiene alguien de aquí de México, hacemos lo que podemos, enfrente de nosotros han matado a mucha gente, los agarran y los tiran del tren, aunque tengamos miedo tenemos que aguantarnos así es, así vamos a seguir luchando”.

En regiones de la república Mexicana como lo es Puebla y Chiapas, sus connacionales se han encargado de sacarlos del camino ocasionándoles la muerte, asaltándolos y agrediéndolos, esto hace que su situación sea desbastadora.

“Hace 10 meses de que salí de mi casa y sinceramente los Estados Unidos no los alucino, no es la vida ni un futuro mejor, aquí en México uno se puede levantar no de la noche a la mañana pero sabiendo hacer las cosas y yendo para adelante”.

Los actos de violencia que han realizado gran parte de los migrantes provenientes de Honduras han perjudicado la imagen de toda la población nacida en ese país, por ello la población no acepta del todo a estas personas, temen a que de un momento a otro, les roben, los golpeen o los maten.

“En Monclova la gente es muy diferente, aunque algunos no nos apoyan al menos no nos molestan y a veces ayudan”.

Las pandillas delincuencia y asesinatos son las razones por las que salimos de allá, yo no quise llegar a hacer cosas tan feas como las hacen muchos que se convierten en bestias”

Irving Alexander

Hondureño

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