No hay un momento exacto para pintarse las uñas en la vida de una mujer, nunca es un buen momento porque sabemos que el medio de nuestra sesión de belleza algo va a suceder y arruinaremos el esmalte.
No importa si nos hacemos la manicura con un profesional o nos lo hacemos en casa; es ley, siempre te suceden estas cosas:
1. Terminas de pintarte y comienza a picarte alguna parte del cuerpo
Una vez que terminas tu tarea sin problemas ni contratiempos y estás sentada disfrutando de sus hermosas uñas, comienzas a sentir una extraña comezón incontrolable que sabes que si no te rascas acabará contigo.
Y déjame decirte algo, no hay forma de salir bien de una comezón con las uñas recién pintadas.
2. Siempre hay algo que se interpone
De todas las veces que me he pintado las uñas, siempre hay un pelo que se interpone entre la pintura y yo. Puede ser un cabello o simplemente la brocha del pincel que se está desmembrando. Comienzo a pintarme y mágicamente cae algo del cielo que obstruye mi trabajo.
3. Me dan ganas de ir al baño
No sé si es la ansiedad porque mis uñas queden perfectas o qué demonios, pero siempre que termino con mis uñas me dan ganas de ir al baño.
Y bueno, todas las maniobras que debemos hacer las chicas para hacer nuestras necesidades no son para nada compatibles con uñas frescas.
4. Tocan timbre
Quizás sea un delivery equivocado o un grupo de bomberos tratando de evacuar mi edificio, no puedo arriesgarme, así que con las uñas recién pintadas intento abrir la puerta y arruino lo que hace segundos atrás era perfecto. Para mi bendita suerte, era un delivery para el vecino.
5. Tienes que ir de urgencia a algún lado
No sabemos distinguir lo que son buenos momentos para pintarnos las uñas de los malos, es por eso que creemos que salir de urgencia significa tener que salir a los 20 minutos de habernos pintado, aún sabiendo que debíamos salir.
6. Debes sacar algo del bolsillo
Esto sucede a menudo cuando tienes que irte de la peluquería pero antes debes pagar —¡demonios el dinero está en mi bolsillo trasero!—
7. Te dan unas incontrolables ganas de dormir
Aparentemente, pintarse las uñas es una buena técnica para combatir el insomnio, porque es ley que cuando terminas de pintarte y crees que la pintura ya se secó, te acuestas. Para tu sorpresa despiertas con las sábanas pegadas a tus uñas. ¡Qué hermosa sorpresa!
8. Nunca nos damos cuenta cuándo están verdaderamente secas
Esto sucede cuando somos demasiado cuidadosas, pasamos una hora quietas como estatuas sin tocar nada que nos arruine el esmalte. Nos queda algo así como un tic y pasamos varias horas creyendo que nuestras uñas aún están frescas. ¡Exageradas!
La próxima vez que debas pintarte las uñas deja que el mundo se venga abajo. Todo puede esperar 10 minutos más menos tus perfectas y recién esmaltadas uñas.
