Un par de años después que mi abuelo (y mentor de vida) falleciera, me encontré un escrito en el que fuera su escritorio; contenía unas palabras motivacionales que más que un poema romántico de vida, eraN una arenga a la vida: esforzarse y luchar por los ideales en los que uno cree.
En un principio no le puse mucha atención a las palabras, mi vida aún era algo simple y sin mayores complicaciones, sin embargo, no tardé mucho en enfrentarme con mis primeros tropiezos y situaciones difíciles en la vida, esas veces en las que te cuestionas hasta tus propias creencias y principios. En ese momento, nuevamente apareció este escrito casi de manera accidental. Desde aquel día lo guardé celosamente y lo hice mío, me ha acompañado por muchos años y es la mejor herencia que pude haber recibido.
Hoy lo comparto en esta columna ya que representa fielmente la actitud que debemos tener como emprendedores: Pensar que no hay imposibles nos eleva emocionalmente a intentar lo que pocos intentan, amplía nuestro marco intelectual para encontrar alternativas y soluciones que no han sido descubiertas aún. Asimismo, el esfuerzo y la lucha son los valores fundamentales para llevar a cabo cualquier emprendimiento que nos propongamos, es decir, para hacer realidad aquello que ideamos y pensamos. Hay mucha gente con “buenas ideas”, pero son muy pocos los que realmente se esfuerzan y luchan hasta concretarlas.
Para todas aquellas personas que están emprendiendo e intentando hacer de este mundo un lugar mejor:
- ESFUÉRZATE Y LUCHA -
Imposible es la pared donde se estrellan todas nuestras habilidades, donde terminan todas nuestras ambiciones, donde amilanados y cobardes volvemos la espalda al enemigo para cederle el triunfo de la victoria. No, no hay imposibles. Los que llevamos en el corazón y en el alma esa chispa divina que nos descubre un porvenir glorioso, los que tenemos nervios para resistir y empujar a un cuerpo tembloroso y a un corazón que se pasma, no conocemos lo que es un imposible. No hay imposibles.
Hay cobardes que corren, hay espíritus opacados que lloran ante la desgracia, hay seres débiles que tiemblan ante el abismo, pero... ¡no hay imposibles! El imposible solo existe dentro del hombre y el hombre que se amilana, siempre ve fantasmas, siempre tropieza con obstáculos que no puede vencer y dondequiera se encuentra un imposible.
No te acobardes jamás. Si tú eres un rey, si tú tienes dentro de ti la chispa de la inmortalidad de Dios, si eres eterno, porque el alma no muere nunca, entonces has vencido al tiempo, existes en la eternidad y tienes en tus manos el material poderoso para vencer donde quieras: el tiempo que forma tu vida... ¿Qué te falta entonces para vencer?
Tú puedes conquistar una estrella. No es imposible conquistarla; lo difícil es buscar el medio. Tú quieres que la estrella baje hacia la penumbra donde te encuentras y no bajará; pero si tú tiendes el ala del pensamiento, si te elevas y elevas tu alma hasta donde se encuentran las estrellas, las envolverás con tu pensamiento, y así… ¡las habrás conquistado! Una estrella no podrá conocerte a ti; pero tú si podrás conocer una estrella, “puedes conquistarla”.
Lucha, estudia, elévate, ESFUÉRZATE; la marcha del hombre es eterna y esas nubes negras que se presentan ante nuestros ojos en el oscuro porvenir de la vida, son adornos que marcan el horizonte.
¡ADELANTE!, que tu marcha sea una marcha triunfal por el mundo, por el viejo mundo que apenas es un escalón en nuestra vida eterna. No le temas a nada. Dentro de ti mismo existe el eterno combate, la eterna agitación, y tu pensamiento, tus energías de ahora, no son las energías ni los pensamientos de ayer.
Sigue adelante. Que no te detenga un obstáculo al que por tu torpeza y por tu ignorancia has dado en llamarle un imposible.
¡ADELANTE!, no hay imposibles. Tú contra todo y no importa lo que luches y lo que sufras; el cuerpo se fortalece mientras más se golpea y el espíritu se purifica mientras más se sufre. Golpéate y sufre; pero sigue adelante con tu vida, borra para siempre esa terrible palabra que no existe: IMPOSIBLE.
Sé grande, sé fuerte y enséñate como los héroes a convertir los imposibles en acciones, en hechos, en cosas realizadas.
MIGUEL KURY
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