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Coahuila

Explosión partió al ejido Celemania

Agencia
Por Agencia - 09 septiembre, 2017 - 03:06 a.m.

El tiempo se detuvo con el estruendo. Decenas de muertos, mutilados y heridos que hoy son testimonio imborrable de la tragedia

Nadadores, Coah.- A diez años de la explosión de Celemania, la herida sigue abierta en esta comunidad que quedó huérfana, herida y enferma en la explosión.

De un domingo tranquilo y sin novedad aquel nueve de septiembre del 2007, el ejido Las Flores o Celemania se convirtió en noticia nacional.

La explosión de un camión con nitrato de amonio dejó una cantidad indefinida de muertos, heridos y destrozos debido a la onda expansiva que cubrió una considerable distancia.

Aunque se habló oficialmente de 28 muertos, nadie estuvo conforme con la cifra. Gente que venía de paso de Monclova, Frontera, Saltillo, Torreón y ejidos circundantes que simplemente no aparecieron.

Los lugareños afirman que no fueron 28 como los recita el monumento ubicado en el lugar de los hechos y que se levantó en su honor, sino muchos más, pero que las autoridades taparon la realidad pues lo que querían era acabar con la psicosis y el miedo que invadió a todos.

Los pobladores de Celemania aún viven ahí, pero todos coinciden en que nada es igual desde aquel día, una década que hoy se cumple, han sido severamente castigados por las desgracias, víctimas de desventuras, primero la explosión y después el huracán Alex en el mes de julio del 2010 dejándolos en la ruina al inundar todo el ejido arrastrando lo que encontraba a su paso.

“Nadie está preparado para las desgracias y menos para aquellas que dejan huella y secuelas para siempre, en este ejido todos padecemos algo, diabetes debido al susto tremendo nomás de ver las llamas tan altas que se “divisaban” desde cualquier casa. Estamos sordos porque el estruendo fue enorme, los oídos no lo resistieron y muchos quedamos sordos para siempre y otros no, a los seis u ocho meses recuperaron la audición y ciegos por el resplandor tan fuerte, pero aquí seguimos porque aquí nacimos, tenemos nuestras tierritas y aquí nos vamos a morir”, dijo Armando Alonso Alonso.

NUNCA ME AYUDARON A

ARREGLAR MI CASA: Martha

Imelda Maldonado Ibarra

Yo cuidaba a mi papá que en aquel entonces tenía 105 años. Cuando la explosión salí corriendo arrastrando la silla de ruedas donde lo llevaba, viendo correr a la gente llena de espanto, para cuando volví la cara para ver mi casa ya no tenía techo, estaba encima de las mesas y sillas. Me quedé sin nada.

En cuanto al arreglo de su casa dijo que la reparación fue a medias, pues con las prisas con que se hicieron los trabajos, los techos quedaron mal, las ventanas las repusieron pero los daños en el interior no los repararon.

Han pasado diez años desde ese entonces, la casa de Martha Imelda Maldonado Ibarra está tal y como la medio arreglaron los responsables de la explosión, las fallas que quedaron en su interior se empeoraron con la llegada del Huracán Alex que acabó de deteriorarla y dejarla sin pertenencias.

NOS HIZO MÁS FUERTES

Y UNIDOS: Teresa Alonso

Me vi en medio de una lluvia de chispas de fuego, acababa de despedir a mis hijos que viajarían a Saltillo donde radican desde hace años, cuando se presentó la explosión”, dijo Teresa Alonso.

Sentada en la mesa de la cocina recuerda con viveza los hechos de aquel domingo cuando les llegó el rumor de que un camión había explotado.

Pensé en mis hijos y el presagio que me invadió fue enorme no podía ni respirar, quería saber de ellos, como estaban, si no les había pasado algo cuando la realidad llegó, todos resultaron heridos unos más que otros, pero lo más grave fue que una de mis nietas de tres años murió.

El dolor era enorme hijos y nietos resultaron lesionados, un muerto, un hijo José Abel con los intestinos reventados y que hoy vive gracias a la reposición que le hicieron los médicos al ponérselos de plástico, todo eso era más de lo que podía soportar, sin embargo la fe en Dios y ser mas unidos le ayudó como madre y abuela.

En cuanto al arreglo de su casa dijo que ellos no alcanzaron nada que las reparaciones corrieron por cuenta de la familia.

Desde entonces todos vivimos con temor ya no estamos seguros, todo nos sobresalta pero aquí seguiremos, yo no me voy porque de aquí son mis padres, aquí nací yo y aquí me voy a morir”.

NO FUIMOS MIRONES,

ACUDIMOS A AUXILIAR:

RICARDO ONTIVEROS MEDELLÍN

Desde hace diez años el exalcalde Ricardo Ontiveros Medellín lleva una vida metódica, limitada, con altibajos pero agradece a Dios estar vivo.

Narra que para comenzar el accidente se suscitó porque la empresa que lo transporta no respetó los reglamentos que lo rigen, es decir, que esta acción se lleva a cabo únicamente de lunes a viernes y tiene que ser en hora luz por lo que no es congruente que se haya llevado a cabo el domingo y sin escolta además de que el Ejército está ahí para vigilar la entrada y salida del explosivo, por lo que se desconoce qué fue lo que pasó.

Yo me encontraba ayudando con la pipa para apagar el fuego del camión que comenzó por abajo, pero repentinamente se presentó la explosión, quedé inconsciente y al levantarme como pude vi para todos lados restos humanos, gritos, etc. Quedé inconsciente porque una esquirla de fierro me atravesó el estomago por lo que de inmediato fui trasladado al IMSS y de ahí a Monterrey para una operación de reposición de parte del estómago por plástico para poder vivir”.

Culpa al Ejército de solapar la salida de un producto tan peligroso y dijo que gracias a eso la mayoría de los habitantes padecen diabetes y debido a la sordera, todos padecen vértigo y desequilibrio.

Recordar es vivir y con tristeza menciona que muchos trabajadores de la carretera quedaron mutilados y no les pagaron una indemnización adecuada.

Dijo que no se vale tapar el sol con un dedo, que fueron muchos los muertos y eso lo sabe la sociedad, mudo testigo de que la cantidad de cadáveres rebasa la que siempre mencionaron.

No fuimos mirones, acudimos a ayudar y nadie nos dijo el peligro que corríamos con un camión ardiendo en medio de la carretera porque los tripulantes corrieron rumbo a Nadadores y ahí lo abandonaron”. Quien padece la secuela de membranas reventadas y estomago de plástico con una vida limitada.

Lo más lamentable es que la empresa responsable de tanta desgracia continua transportando el explosivo de manera irresponsable.

NO OLVIDAREMOS NUNCA: DOLORES LARA CÁZARES

Nos refugiamos en la iglesia, ahí permanecimos en tanto que los trastes se caían al suelo, si bien es cierto que pagaron los daños, lo que llevamos dentro y los males que nos quedaron aquí permanecerán, dijo la afectada.

La bola de fuego afectó la vista de todos porque era deslumbrante yo nunca lo voy a olvidar.

SÍ SE APARECEN EN EL MONUMENTO

Mucho se ha hablado en cuanto a la aparición en el monumento o en la parada del camión de algunos que murieron en el lugar de la explosión.

Por las calles del ejido se escuchan rumores de que personas que no son de ese lugar y que desconocen los hechos han dado raid a personas que una vez que están dentro de los autos desaparecen.

También afirman que choferes de los autobuses que obligadamente tienen qué hacer parada en ese lugar han levantado a jóvenes que caminan con mucho entusiasmo pero que una vez que están dentro del camión no los vuelven a ver.

No sabemos qué tan cierto sea pero el caso es que existen testimonios, lo que quiere decir que no era el momento de que se fueran porque aún tenían muchas cosas por hacer”, dicen los vecinos del ejido Celemania.

“Me cambió la vida”

Sin la mitad de la audición y ceguera total Juan Fidencio Rodríguez dice que esa tarde estaba listo junto con los amigos para ir a Nadadores al rodeo de feria cuando les tocó estar cerca de la explosión, mas nunca se imaginó que su vida cambiaría totalmente.

Nunca me repuse de los oídos, por ese motivo me pensionaron después de que la empresa Orica me pagó 200 mil pesos de indemnización por la ceguera de un ojo, pero después perdí la visión del otro, todo a consecuencia de lo mismo.

Agrega que pese a la limitación que ahora padece, agradece a Dios el hecho de estar vivo y al lado de sus padres que en todo momento lo apoyan.

Hoy a las siete de la tarde los habitantes del ejido Celemania celebrarán una misa en el monumento que se levantó en honor a aquellos que perdieron la vida en la explosión.

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