Docenas de feligreses presenciaron con mirada de reflexión y de asombro, la pasión y muerte de Jesús representado en el Viacrucis viviente, hombres, mujeres, adolescentes, niños y adultos ayudaron a Jesús –personificado por Miguel Alejandro Espinosa- a cargar la cruz en el recorrido.
El vía crucis es una de las devociones o prácticas de oración más extendidas entre los católicos. Refiere los diferentes momentos vividos por Jesús de Nazaret desde su prendimiento hasta su crucifixión y sepultura. La expresión se usa también comúnmente para expresar todo tipo de dificultades que se presentan en la vida cuando se quieren alcanzar ciertos objetivos.
Niñas y mujeres limpiaron su rostro y le decían palabras de consuelo.
La Parroquia de Santiago Apóstol dio inicio del vía crucis viviente en punto de las 9:00 de la mañana, los soldados llevan a Jesús ante Poncio Pilatos mientras los sacerdotes y ancianos pedían su muerte ya que señalaban, no era ningún rey y ellos solo servían a César.
El gobernador le preguntó, “¿eres tú el rey de los judíos?”, Jesús le respondió: “tú lo dices”. Poncio Pilatos preguntó a las personas a quien quería que soltara, al ladrón Barrabás o a Jesús. Su esposa le pidió que no lo condenara ni se inmiscuyera porque había tenido sueños con Jesús, sin embargo, los ancianos enfurecidos gritaban, “¡suelta a Barrabas!”
Pilato les dijo: “¿Qué, pues haré con Jesús, que es llamado el Cristo?. Le dijeron todos: “¡Sea crucificado!”. Y viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo diciendo: “Inocente soy yo de la sangre de este justo. Allá ustedes”.
Sucedió la primera estación, Jesús fue condenado a muerte. Soltaron a Barrabás, quien se burló y se fue corriendo del lugar, los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio donde procedieron a azotarlo y escupirlo, le pusieron una capa roja y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, se burlaban diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!
Estaciones
1
A empujones lo llevaron a la calle para iniciar el vía crucis, Miguel Alejandro Espinosa fue quien interpretó a Jesús, soportaba los latigazos e insultos de los soldados.
2
Los feligreses y actores caminaron sobre la calle Venustiano Carranza, a quinientos metros recrearon la segunda estación donde Jesús caminó con la cruz a cuestas, tambaleándose por el peso siguió el recorrido.
3
Luego la tercera estación: Jesús cae por primera vez. Los asistentes soltaron gritos cuando escucharon como su cuerpo pegó contra el suelo, recordaron los sucesos mientras el guía espiritual daba una pequeña reflexión sobre la familia y el amor.
4
Casi al llegar a la calle Matamoros, Jesús encuentra a su madre María en la cuarta estación, ella relató a los presentes la sorpresa que se llevó al conocer que estaba embarazada gracias al espíritu santo, como lo vio crecer y convertirse en el rey de los judíos, y finalmente el dolor que sufrió al ver los golpes que recibió y que la envidia hizo que lo crucificaran.
5
Ya sobre la calle De la Fuente, se recreó la quinta estación: Simón el Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz. El personaje reprobó a los soldados como a los sacerdotes por los actos que estaban llevando a cabo e invitó a los feligreses a cargar la cruz en su nombre.
Tanto niños, adolescentes, hombres y mujeres cargaron la cruz durante casi todo el recorrido, esto mientras los soldados hacían lo imposible para que se les cayera, los azotaban y les gritaban: “¿creían que eran tan fácil cargar la cruz?”, mientras tiraban de la madera hacia el suelo o los empujaban.
6
En la Sexta estación, Verónica limpia el rostro de Jesús. Habló sobre la imagen de Jesús y como hoy en día hace más falta que lo material, de la misma forma que en la anterior estación, mujeres, niñas y niños, se acercaron para limpiar el sudor del personaje. Algunas se quedaban a su lado para darle palabras de aliento y luego retirarse.
7
A una cuadra de la plaza principal, Jesús cayó por segunda ocasión mientras era soportado por Simón en la séptima estación, quedó tumbado sobre el caliente suelo con la cruz en sus espaldas. Las mujeres del pueblo veían con angustia y dolor la escena, no podían soportar el llanto que las afligía.
8
En la Octava estación: Jesús consuela a las mujeres que lloran por él, les pide que no sufran en su camino ya que es el paso que debe realizar para la salvación del mundo.
9
Después Jesús vuelve a caer por tercera vez en la novena estación, a pocos metros de donde lo crucificarían, los soldados no se tocaron el corazón para levantarlo ni dejar de darle azotes.
10
Décima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras, en lo alto de la Ermita y frente a docenas de feligreses que veían desde la Plaza Zapopan, echaron suerte sobre ellas.
11
Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz, junto otros dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. Uno le dijo: tú el que derribaste el templo y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres el Hijo de Dios, desciende de la cruz.
De la misma manera, también los principales sacerdotes, los escribas, fariseos y ancianos decían: A otros salvó pero a sí mismo no puede salvarse. Si es el rey de Israel, descienda ahora de la cruz y creemos en él. Los soldados pusieron sobre su cabeza su acusación escrita: Este es Jesús, el rey de los judíos.
12
Duodécima estación: Jesús muere en la cruz. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: ¡Elí, Elí!, ¿lama sabactani? Esto es: ¡a Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?. Mira al cielo y dice sus últimas palabras: “Todo está cumplido. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.”
13
En la decimotercera estación: Jesús es bajado de la cruz y puesto en los brazos de su madre María, quien le dijo poco antes de morir “Mujer, ahí tienes a tu hijo” y al discípulo Juan: Ahí tienes a tu madre.” Desconsolada, llora la pérdida de su hijo junto a María Magdalena.
Los soldados envuelven a Jesús en una manta y bajan los escalones de la Ermita cargándolo, recorrieron la plaza Zapopan para que los asistentes pudieran ver su cuerpo,
14
En la decimocuarta estación, Jesús es sepultado.
