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Frida Kahlo, el dolor convertido en arte

Por Agencia - 05 julio, 2018 - 02:26 a.m.
Frida Kahlo, el dolor convertido en arte

Personaje caótico, controversial, colorido y un símbolo cultural mexicano. Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, nació un 6 de julio de 1907 en Coyoacán, México. Hay muchas cosas que se sabe sobre ella: fue una pintora mexicana, se casó con uno de los más grandes muralistas mexicanos, Diego Rivera. Durante su vida tuvo muchos problemas de salud y emocionales, hechos que reflejaba en su obra. Pero también hay muchas cosas que se desconocen.

Existe un auge de popularidad sobre su personaje, Frida Kahlo ha llegado a ser un símbolo cultural para el resto del mundo como representación de la mexicanidad. Su imagen está en todas partes, y uno de los pocos conocidos es el de sus museos. Puede encontrarse en souvenirs, carteras, dibujos, libros.

Es importante conocer todo sobre el mito de un personaje que nos representa en el resto del mundo para conocer la imagen que tienen sobre México.

Debemos empezar diciendo que Frida Kahlo es motivo de orgullo para todos. Sin embargo, durante su vida realizó acciones que quizá no sea de las cosas de las que un mexicano se sentiría orgulloso.

Fridamanía: Existe un auge de popularidad sobre su personaje, Frida Kahlo ha llegado a ser un símbolo cultural para el resto del mundo como representación de la mexicanidad.

Las Fridas

Para conocer a Frida cabe decir que es una imposibilidad el de poder describirla, ya que ella es muchas mujeres en una sola.

Frida pasaba de ser la mujer frágil y traviesa con una imagen un poco de hombre que iba al frente de muchos de ellos, a una Frida lastimada que sufría por ella misma y por todo lo demás que la rodeaba.

Y por último una de las imágenes que se tiene de ella es la de la amante fiel hasta el último de sus días. Sus escritos lo demuestran infaliblemente.

Sin embargo, una de las fridas que no se conoce es la activista política confiada en que la historia probará como única la validez de su causa, aunque al final resulte lo contrario. Esto es fácil de entender debido al lapso de tiempo en el que vivió Frida, creció durante la etapa de la Revolución y vivió también el proceso de redención del país. Era una activista política convencida de sus ideales, hechos que mostró en sus obras.

Otra de las fridas poco conocidas es así mismo una de las más complejas: la Frida que responde a una estética personal, alguien que se desvela en la obra pictórica, los criterios artísticos y por supuesto su atuendo, una de sus más distinguidas características.

Frida estética

Frida Kahlo desempeñó un papel ineludible y significativo en la vida cultural del México posrevolucionario, pero trascendió como una de las precursoras del movimiento plástico femenino contemporáneo. Su imagen ha aparecido en revistas de moda como Vogue, y se han realizado muchas pasarelas de moda inspiradas en su estilo mexicano y colorido.

Frida la pintora

Ahora hablemos de la Frida más conocida, la pintora. En realidad ¿quién fue Frida Kahlo, a la que se considera surrealista, por más que ella no estuviera totalmente de acuerdo con esa designación?

Ella misma menciona que no está de acuerdo con que se le asigne de esa manera, ya que su intención nunca fue serlo.

“No sabía que fuera surrealista hasta que André Breton llegó a México y me lo dijo. Lo único que sé es que pinto porque necesito hacerlo, y siempre pinto todo lo que pasa por mi cabeza sin más consideraciones”. Y agrega maliciosa: “El problema con el señor Breton es que se toma demasiado en serio”. Irónica, juguetona, continúa: “El surrealismo es la sorpresa mágica al encontrar un león en un ropero, cuando uno estaba ‘seguro’ de hallar camisas”. Y luego, añade: “Utilizo el surrealismo como una manera de burlarme de los demás sin que se den cuenta, y de trabar amistad con los que sí se percatan de ello”.

Si miro los autorretratos de Frida Kahlo creo descubrir una íntima necesidad de reconocerse desde fuera, mucho más genuina que la de Nin o la de aquellos que sólo buscan la fama por sí misma; en Frida advierto más bien la perplejidad de no saber cómo enfrentar su alteridad, cómo salir de sí misma, de ese ensimismamiento, de ese estar encima de sí misma sin interrupción, constantemente, mirándose, retratándose y regalando luego su efigie como lo más preciado de sí misma.

La maternidad fue uno de sus temas pictóricos fundamentales, tanto en su producción artística como en su vida: basta recorrer los numerosos cuadros donde aparecen embriones, mujeres embarazadas o imágenes de la fertilidad femenina. La maternidad falla porque el cuerpo está destrozado, perforado, dañado para siempre y sólo se produce un aborto (1932, Detroit). La sangre acompaña el acto de parir, producto necesario en cualquier maternidad

Frida la escritora

Escribía diarios, los firmaba con un pseudónimo y los guardaba herméticamente en cajas de seguridad en el banco. Más tarde, esos diarios que, por su misma naturaleza y su intención primera hubiesen debido mantenerse secretos, fueron publicados en vida de la autora, por decisión propia.

Luego se convirtieron en best-sellers, sus diarios fueron comprados a pesar de haber sido proscritos hasta mediados del siglo xx. En estos diarios se conoce la vida secreta de Nin que es el pseudónimo que usó Frida. Todas sus relaciones eróticas, difíciles, controversiales. Como ya se dijo ella decidió publicarlos en vida lo que indica que en realidad le gustaba que la conocieran así: atrevida, sin tabús.

Se dice que por su relación tan difícil con Diego Rivera, que inició desde que ella era muy chica y él ya mayor, ambos tuvieron relaciones con otras personas durante su matrimonio, y todo mundo lo sabía. Sin embargo, en sus diarios demostraba un amor profundo, grande, casi obsesivo para él.

Frida convaleciente

En junio de 1925 Frida yace sobre una cama. Triste, inmóvil. El corsé de yeso le permite apenas que el aire entre y salga de sus pulmones.

Mira el espejo. Sobre su cama de mandó hacer un espejo para que pudiera verse siempre y nunca estar sola, y para que pudiera retratarse. Pero Frida está más sola que nunca. Quieta observa su rostro, lo único que no está tapado por la manta y por el yeso. Frida se enfrenta como en sus pinturas así solo en su lecho. En silencio se pregunta ¿Qué es el dolor? ¿Es de la pata de palo que me dio la meningitis, de los ojos de mi padre dados vuelta ante un ataque de epilepsia? ¿Viene de mi columna rota en mil pedazos?

Ninguna de estas preguntas fue respondida, tampoco la soledad que nunca le dejó hasta el último momento, sin importante que alguien estuviera con ella.

Con naturalidad, lo que Frida hizo fue trascender al dolor, traspasar los límites, como lo había hecho toda su vida, apropiarse del impulso que venía de sus vísceras y de sus venas; de su pasado y de su espíritu.

Lo que hizo fue transformar ese dolor y convertirlo en arte. El lienzo y sus pinturas fueron su mejor compañía.

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