Ante la atónica mirada de personas que momentos antes presenciaron el Vía Crucis en el sector con motivo de la Semana Santa, un grupo de migrantes hondureños portando una pequeña alberca inflable se aventuró a cruzar el Río Bravo desde el punto conocido como Paseo del Río, pero fue asegurado inmediatamente después por autoridades fronterizas de Estados Unidos.
Cuando los asistentes al tradicional Vía Crucis se dispersaban alrededor de las 13:30 horas, una docena de migrantes, la mayoría mujeres y niños, corrió hacia la orilla del cauce y con la ayuda de varios hombres abordó la alberca, que usó como balsa, para ser llevado por la corriente del afluente hacia el lado estadounidense, pero fue interceptado por los agentes de la Patrulla Fronteriza.
Las personas que momentos antes habían presenciado el evento religioso tomaron sus teléfonos celulares para grabar la escena de los migrantes, o simplemente observaban asombradas.
Los hombres migrantes ni se inmutaron al ser observados por el gran número de personas, y por el contrario, se apresuraron a subir a mujeres y niños, así como varias mochilas, a la lancha para tratar de alcanzar la otra orilla del río, donde ya los esperaban las autoridades de la Patrulla Fronteriza.
Como dijeron algunos de los mismos migrantes, su intención era llegar sanos y salvos al lado estadounidense para ser puestos a disposición de las autoridades de Migración.
Algunos de los curiosos dijeron sentirse aliviados porque los migrantes lograron pasar a salvo, a pesar de la fragilidad de la improvisada balsa.
Dijeron que la osadía de los migrantes podría haber tenido un desenlace trágico por la fragilidad de la lancha y por la presencia de mujeres y niños en el grupo.
