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Gustavo Ayón convive con 600 niños en el CNAR

Por Agencia - 06 diciembre, 2016 - 01:21 a.m.
Gustavo Ayón convive con 600 niños en el CNAR

El basquetbolista mexicano que juega en España, aconsejó a los asistentes que nunca se avergüencen de sus sueños.

CIUDAD DE MÉXICO.- El ala-pívot mexicano Gustavo Ayón, quien juega en el club español Real Madrid, aseguró que nadie tiene que avergonzarse de sus sueños y él logró uno de ellos, jugar en la NBA (Asociación Nacional de Basquetbol).

Nadie se tiene que avergonzar de sus sueños, ni nadie tiene que burlarse de sus sueños. Si quieres ser bombero o albañil, nadie se tiene que burlar por ello. De niño soñé jugar en la NBA, y muchos se rieron de mí”, afirmó durante la etapa final de la Liga Conade-IMSS de baloncesto.

El llamado "Titán” compartió a los niños y jóvenes que nació en Zapotlán, un pueblito de Tepic, con apenas unos 500 habitantes. “Aquí hay más personas aquí que en mi pueblo", en referencia que no importa en dónde se nace cuando se quiere triunfar.

Resaltó que los sueños de cada quien son sagrados.

Solo siendo feliz vas a hacer lo que te gusta hacer, así que sueñen en lo más grande, pero trabajen día con día".

Agregó que con ayuda de su padre y madre lo logró.

Espero que aprovechen esta clínica, que se queden con algo y sean grandes, cumplan sus sueños y para ello se tienen que esforzar".

Luego en una interacción aceptó preguntas, para compartir que en su primer juego se puso nervioso, pero eso le pasó a todos, como a Michael Jordan, considerado el basquetbolista más grande de todos los tiempos, o a Stephen Curry, estrella actual.

Son buenos deportistas aquellos que controlan sus nervios".

También expresó que se quiere mantener en el máximo nivel del basquetbol y eso lo motiva día con día para seguir mejorando.

Nunca pensé en rendirme, incluso, no tenía equipo cuando me fui a España".

Confesó ante los participantes de la Liga Conade-IMSS que cuando tiene un mal día o se enoja mucho, al día siguiente entrena el doble. Y una de sus mayores experiencias es haber jugado el preolímpico del año pasado y un Palacio de los Deportes lleno, “fue algo espectacular. La duela vibraba con tantos gritos y apoyo de la gente".

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