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Coahuila

Hambre, pobreza y dolor, pero unidos

Adriana Cruz
Por Adriana Cruz - 27 julio, 2017 - 08:00 a.m.

A pesar de las discapacidades y las trabas que la vida le ha puesto a la familia Galván Villarreal, lucha diariamente para salir adelante

Castaños.- Con un sueldo de 50 pesos diarios, es como un jovencito de 15 años de edad mantiene a su familia. En una condición precaria, la familia Galván Villarreal busca superar cualquier barrera mediante el amor que se tienen entre ellos, es el hijo mayor de la familia, quien provee de 50 pesos diarios y logra llevar al menos alimento a su casa.

Son las 11 de la mañana, la portezuela elaborada de maderos es la barda de la humilde casa del joven de 15 años, Ángel Daniel, al fondo del patio se encuentra sentado don Salvador, “don Chava” le dicen de cariño, el pequeño Justin de cuatro años de edad, sale corriendo de su casa para pasear en el patio.

El día de ayer llovió durante la tarde y dejó un agradable ambiente fresco en su vivienda, el pequeño que sale corriendo lo hace descalzo, brincando y sintiendo la humedad de la tierra, parece divertirle un poco, el más pequeño de la casa, Gustavito de un año y medio se encuentra en los brazos de su madre, María de 33 años de edad, quien además de cargar al pequeño, está creciendo en su vientre un bebé más.

Es en el domicilio marcado con el número 20 de la calle Altamirano en la colonia Libertad, seis integrantes de la familia habitan en dos cuartitos de cuatro por cuatro metros.

La familia Galván Villarreal está conformada por Salvador y María Elena quienes son mudos de nacimiento, María de 33 años de edad padece lento aprendizaje, sus cuatro hijos, Ángel Daniel de 15 años también padece lento aprendizaje, María Elena de siete años de edad, el pequeño Justin de cuatro, quien nació con una malformación en su pie derecho y el bebé de año y medio, Gustavito.

La situación se vuelve crítica al vivir el día a día careciendo de lo principal para sobrevivir, el alimento y el agua para beber, aunque sus vecinas le apoyan, no es suficiente para solventar los gastos de transporte, alimento, vestimenta, el pago de energía eléctrica, agua potable, gas.

Sin embargo el ángel de la casa es quien lleva alegrías día a día, pues con 50 pesos diarios que se gana en una purificadora envasando agua potable, lleva a su casa para comprar huevos y pañales para su hermano el más pequeño.

Olvidados están de autoridades municipales, quienes jamás se han acercado a visitarlos a excepción en tiempo de elecciones, porque cuando un candidato busca el voto, recorre el último hogar más alejado de su municipio, aunque después no regrese.

Este es el caso de esta familia, quien recibe nulo apoyo de autoridades municipales, sin embargo a través del Gobierno del Estado se les hace llegar una despensa mensual.

Es Ángel Daniel, quien estudia en una escuelita especial y quien tiene el deseo de continuar sus estudios para poder trabajar en un futuro y tener su propia panadería, asegura que con ello podrá contar con el recurso suficiente para mantener a su familia y tener una mejor vida.

Por lo pronto continúa trabajando y esforzándose en sacar adelante a sus hermanos, son los dos hombrecitos más pequeños a quienes procura, siempre trata de comprarle pañales al bebé y al mayorcito de cuatro años le da ánimos para salir adelante, pues dice es un niño especial porque nació con malformación en su pie derecho.

La señora María Elena manifiesta que ha sido difícil su situación, pero confía en Dios para que a sus hijos no les falte nada, asimismo solicita el apoyo de almas caritativas para poder solventar los gastos que generan el trasladar a su hijo a la ciudad de Saltillo y poder ser valorado.

A sus 33 años de edad, ha sufrido de violencia intrafamiliar, pues apenas hace un mes y medio que su pareja la dejó, porque después de golpearla a ella y su mamá de 70 años de edad, fue llevado ante Seguridad Pública y esto ocasionó que la dejara al igual que sus hijos.

Doña María Elena de 70 años de edad, a pesar de no hablar, si escucha lo que las vecinas y sus familiares le dicen, siempre con una sonrisa, hace olvidar el lugar donde habita, la persona que entra a su hogar es bienvenida y ofrece un asiento para escucharle.

Hace dos meses perdió a su esposo, la pareja con la que más de 50 años vivió, lamentablemente no pudo dejarle una pensión, pues la arregló como si estuviera soltero, al menos así lo informa una vecina de doña María Elena.

Al introducirse a la vivienda, esta al fondo una mesita donde comen diariamente, un televisor, un refrigerador y una estufa, al cruzar al segundo cuarto, está un sillón que es donde duerme, y una cama donde descansa su hija quien lleva el mismo nombre, al lado de sus pequeños hijos, mientras que en el patio se encuentra un catre donde duerme su hermano don Chavita.

No cuentan con minisplit ni abanicos de agua, no cuentan con una cama cómoda, su comedor es una mesa de madera y sillas de la Coca-Cola, pero tienen el sueño de superarse y esperan el apoyo de la comunidad para salir adelante.

El dato.

En una condición precaria, igual económicamente como de discapacidad, la familia Galván Villarreal busca superar cualquier barrera mediante el amor que se tienen entre ellos.

Viven al día

- La situación se vuelve crítica al vivir el día a día careciendo de lo principal para sobrevivir, el alimento, y el agua para beber, aunque sus vecinas le apoyan, no es suficiente para solventar los gastos de transporte, alimento, vestimenta, el pago de energía eléctrica, agua potable y gas.

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Con un sueldo de 50 pesos diarios es como un jovencito de 15 años de edad mantiene a su familia.

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