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Coahuila

Historias de violencia

Lluvia Estrada
Por Lluvia Estrada - 15 agosto, 2017 - 04:36 a.m.

La periodista y escritora colombiana se ha convertido en la voz de las víctimas del narco, la trata de blancas, seguridad y migración

Teniendo una edad muy corta y desde su natal Colombia, a Margarita Solano le nació el amor por el periodismo, por contar historias pero no de las comunes, de esas de las que escurren sangre y millones de lágrimas. Crónicas de la Violencia, así como se llama uno de los dos libros que ha escrito a sus 35 años.

Su nombre completo es Margarita Solano Abadía, estudió Comunicación Social y periodismo en Colombia en la Universidad Autónoma de Occidente de Cali entre 1999 y 2004. Ella llegó a México por un intercambio gracias a una beca que se ganó en el Tec de Monterrey del Estado de México; ya tiene radicando 16 años en este País.

Actualmente en Colombia es corresponsal del diario El País el segundo más importante de allá. Estuvo cinco años en Excélsior, en la revista “Código Topo” que dirige Jorge Fernández Meléndez y tiene 14 años escribiendo sobre violencia, adolecentes en conflicto, mujeres víctimas de trata de blancas, narcotráfico, seguridad y migración.

Estas historias han sido públicas en Colombia, en México a través de Excélsior, en Argentina en el diario Perfil, en Ecuador, en el diario El Espectador de Bogotá; ella recorre América Latina contando muchas historias.

Se ha enfrentado con narraciones de tristeza, desgarradoras y otras tantas motivadoras, ha recorrido todos los reclusorios de menores infractores en el Distrito Federal. Se ha encontrado con jóvenes que están en la cárcel purgando una condena de tres o cuatro años por robarse un chicle en una tienda o una libra de arroz.

Chicas embaucadas a través de mentiras, que son muy pobres de zonas de América Latina a quienes convencen de viajar a otros países a base de mentiras y al final las prostituyen o las dejan de esclavas trabajando en fábricas como maquiladoras.

Fue en el año 2011 cuando escribió el libro “Crónicas de la Violencia”, editado por Miguel Ángel Porrúa, “Sin Maletas, historias de refugiados desde el exilio” es otro de sus libros que está por presentarse a la venta a través de una editorial en Colombia y actualmente se encuentra escribiendo su tercer libro en el que plasmará la vida de Nora Leticia Rocha, una deportista monclovense destacada a nivel mundial.

Sonia llegó ayer a Monclova para complementar el libro que hace de Nora Leticia Rocha, platicó para Periódico La Voz de Monclova sobre una de las historias más alentadoras que ha escrito, la de Medellín en Colombia; una ciudad que por un tiempo fue la más violenta del mundo en los 90´s donde vivió uno de los capos de la droga más buscado, Pablo Escobar y ahora es la más innovadora del mundo, una entidad que pasó del miedo a la esperanza.

“Me gusta darle más voz a las víctimas que a los victimarios, he encontrado gente dedicada al sicariato, he entrevistado a jóvenes que han matado por encargo o narcomenudistas, pero me dedico más a escuchar a las víctimas de la violencia”.

Asumió que actualmente el periodismo en México está en “jaque”, “somos un País muy delicado para ejercer el periodismo libremente, cada 26 horas hay una agresión a un colega, sí he tenido algunas represalias por publicar pero eso habla de que estamos haciendo bien el trabajo, dicen que quien no hace que la gente despierte y se enoje no está haciendo periodismo, sino relaciones públicas” afirmó.

Hoy, Sonia ha decidió cambiar el giro a su carrera y en vez de escribir sobre violencia, narrará historias de paz, “los latinoamericanos merecemos escuchar historias de paz, de perdón, se mantiene un estigma que hace que los periodistas platiquemos el conflicto pero pocos sabemos que también hay que contar la solución”.

Afirmó que hay cientos de historias que pasan por enfrente de nuestros ojos y no se le da la importancia, porque se cree que no es noticia si no hay muerte, “por eso dedicare el resto de mi vida a contar historias positivas, como la de Nora Leticia Rocha”.

Sonia es madre de dos hijos, uno de tres y uno de siete, es felizmente casada. Su género no la ha limitado a trascender en el mundo de la Comunicación e informar a la gente, pero ella sabe que hoy hablar de violencia ya fue suficiente.

DECIDIÓ DAR UN GIRO A SU CARRERA

Hoy, Sonia ha decidió cambiar el giro a su carrera y en vez de escribir sobre violencia, narrará historias de paz: “los latinoamericanos merecemos escuchar historias de paz, de perdón, se mantiene un estigma que hace que los periodistas platiquemos el conflicto, pero pocos sabemos que también hay que contar la solución”.

EL PERIODISMO EN MÉXICO ESTÁ EN ‘JAQUE’

“Somos un País muy delicado para ejercer el periodismo libremente, cada 26 horas hay una agresión a un colega, sí he tenido algunas represalias por publicar pero eso habla de que estamos haciendo bien el trabajo; dicen que quien no hace que la gente despierte y se enoje no está haciendo periodismo”.

Me gusta darle más voz a las víctimas que a los victimarios, he encontrado gente dedicada al sicariato, he entrevistado a jóvenes que han matado por encargo o narcomenudistas, pero me dedico más a escuchar a las víctimas de la violencia”

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