Contactanos

Coahuila

Huyen de miseria; caen en el infierno

Por Roberto Ortiz - 04 marzo, 2018 - 04:50 a.m.
Huyen de miseria; caen en el infiernoLa necesidad de una mejor vida es lo que los obligó a salir de Honduras para tratar de llegar a los Estados Unidos.

Frontera.- Se llama Gabriel, tiene 23 años y solo 800 lempiras en la bolsa. Él forma parte de una familia hondureña que desde hace dos meses busca el sueño americano. Durante su trayecto han sufrido las inclemencias del tiempo, el hambre, la inseguridad e incluso, una de las mujeres fue violada por integrantes de la “Mara”.

Su mujer, Eunice Melisa, su hijo Giovanny de cuatro años y su hijastra Yadira de 10 años de edad, conforman la familia que a finales de diciembre salieron de Honduras con la intención de concretar sus caros anhelos, lanzándose a la aventura en una travesía en la que han vivido de todo y que hasta hoy no termina.

En medio de la calle Soledad, esquina con Oaxaca de la zona Centro, se encontraba la familia, buscando recibir monedas de parte de los automovilistas; cargando una mochila con sus pocas pertenencias, mientras su mujer está en la banqueta con sus dos hijos, Gabriel, pide compasión de los automovilistas para recibir unas monedas y conseguir alimento.

Su intención, de ser posible, es alcanzar dinero que les permita pagar un cuarto de hotel aunque sea el más económico, para tener un descanso real, asearse y posteriormente seguir su marcha en la búsqueda del llamado sueño americano.

Con palabras firmes y sin dudarlo, Gabriel expresa que la necesidad de una mejor vida es lo que los obligó a salir de Honduras para tratar de llegar a los Estados Unidos donde esperan poder tener una vida sino de opulencia, al menos no de pobreza como la que tenían en su país.

Gabriel Pineda aseguró que han pasado enormes complicaciones, pero a pesar de eso siguen buscando el “sueño americano”.

Y es que expresó que en Honduras, trabajaba de sol a sol como ayudante de albañil, pero los 600 lempiras que le pagaban, no alcanzaban más que para los pagos de luz, agua y la alimentación solo al menos una vez al día y en ocasiones una vez cada tercer día.

Recordó que salió con 800 lempiras en sus bolsillos -637 pesos mexicanos- pero lamentó que justo al pasar la frontera de nuestro país, integrantes de la mara salvatrucha los asaltaron y los despojaron de su dinero, indicando que pese a que lo perdieron todo, pudieron evitar que su mujer fuera abusada sexualmente.

“No teníamos otra opción, era decidirnos o seguir viviendo en una país donde no hay vida y en donde la delincuencia impera, sabemos los riesgos, ya los hemos visto y vivido en carne propia pero tenemos confianza en poder llegar a Estados Unidos y allá dejar en el olvido los malos recuerdos” dijo Gabriel.

Señaló que la travesía por México ha sido verdaderamente complicada, enfrentando no solo los peligros de poder caer del tren y perder la vida, sino complicaciones en la salud, inseguridad, hambre, frio, calor y la pena de donde tener que enfrentar las crisis que por temperaturas ha sufrido en el camino su hijo de escasos cuatro años de edad.

Aun así dijo que aunque está en este municipio representaría estar a 3 horas de la Frontera y de poder concretar su sueño, para ellos esa distancia representa aun días complicados en los que no saben dónde dormirán, si comerán o cuánto tiempo más tardarán para estar por lo menos en la entrada de su sueño, la entrada de los Estados Unidos.

Artículos Relacionados