Con gran fe y devoción, decenas de monclovenses se dieron cita para la representación del Viacrucis Viviente que realiza la parroquia Santiago Apóstol, donde se recordó la pasión y muerte de Jesús, como parte de la celebración de Semana Santa.
Los creyentes acompañaron el recorrido que se realizó por las principales calles de la ciudad, donde los actores dieron vida a las 14 estaciones, que culminó en el cerro de la Ermita.
Este es un evento que se desarrolla con devoción, entrega y anhelo de que las personas sientan el amor que brindó el hijo de Dios a la humanidad, y se traduzca en bendiciones para la vida, las familias, el trabajo, el estudio y las cosas de interés, así como sobre la comunidad y la sociedad.
El párroco Eduardo Neri Frías, mencionó que el sentido del Viacrucis es sensibilizar a los presentes y que asimilen como propio el Viacrucis de Jesús, y reconozcan como propio el camino de Jesús a la cruz.
Señaló que más allá de la escenificación de la pasión y muerte de Jesús, se encuentra lo que el corazón siente, lo que la mente reflexiona, a través del recorrido, que es un acto de fe, un acto de piedad.
“Esto no es un espectáculo, no queremos aplausos ni reconocimientos, lo que se busca a través de esta actividad que se hace en catedrales, parroquias, capillas y pequeños barrios, es sensibilizar la conciencia y el corazón”.
Exhortó a la población a hacer suyas las palabras que se dan como parte del mensaje que aparece en el evangelio, los cantos, rezos, que se transmitieron, en donde se señala que lo importante es caminar junto a Jesús, no solamente este día sino todos los días de la vida, aprendiendo a ser como Él y entregando la vida con Él.
En cada estación, los actores que personificaron a los diferentes personajes como fueron Poncio Pilatos, Judas Iscariote, María, el Cirineo, Verónica, dieron un mensaje que va con la conducta actual de la sociedad, para combatir la codicia, avaricia, la indiferencia, la soberbia, que existe actualmente e hicieron un llamado para que la ciudadanía adopte el mensaje de amor que dio Jesús con su sacrificio. Niños y adultos oraron, sufrieron, y lloraron durante la escenificación del Viacrucis, al sentir el dolor que sufrió el hijo de Dios durante su recorrido, con cada latigazo que los romanos daban al nazareno, el pesado caminar, que paso a paso se hacía más difícil y sentían cómo la pequeña cruz de madera cada vez se hacía más pesada.
El sentimiento que brotó hizo que algunas personas se involucraran en la escenificación y acompañaran a Jesús, con el deseo de ayudarlo a soportar la carga por la salvación de los pecados.
Como todos los años, el Viacrucis Viviente que organiza la parroquia Santiago Apóstol tuvo una excelente respuesta por parte de los ciudadanos que mantienen arraigadas sus tradiciones, así como su fe y devoción.
