De un paro cardiorrespiratorio murió a sus 52 años de edad Juan Alfredo Rubio Alcalá, un estilista reconocido en Monclova, querido por muchas personas que hoy se sorprenden con la noticia y que lloran su partida.
“Mi corazón está hecho añicos en muy corto tiempo se fueron dos seres excepcionales, hoy tú te vas dejando un gran vacío el buen amigo, el mejor padre, hermano, tío, padrino, me quedo con cada una de las enseñanzas vividas te amo y aunque hoy mi corazón no entiende los propósitos y designios de Dios, tengo fe que solo se adelantó un beso y abrazo hasta el cielo”, comentó su sobrina Cindy Valdés Rubio.
Heredó el talento de su padre, Santos Rubio García (+), era un talento nato, pues tenía cerca de 10 años cuando empezó a cortar el cabello, así con el paso de los años se forjó y se convirtió en uno de los estilistas favoritos de la gente, su negocios se encuentra sobre el bulevar Madero, se llama “La Peluquería Rubio” y tenía unos 10 años en este lugar.
Su familia mencionó que además de su trabajo, Juan Rubio era una persona muy alegre, le encantaba la música del recuerdo, era divertido pasar las fiestas en familia pues él siempre busco la unión entre todos.
Nadie esperó que pasara, él era un hombre sano, visiblemente fuerte, con mucha vida por delante, por lo que asimilar su muerte será muy difícil, más porque hace solo 20 días su hermana había fallecido, por lo que creen que le impactó mucho emocionalmente pues eran muy unidos.
Juan Rufo tuvo cuatro hijos, Laura Vianey, Karla Estefanía, Katya Lidieth y Alfredo José a quienes amaba con todo el corazón, de quienes siempre estuvo pendiente y a quien le inculcó principios y valores, los preparó para la vida.
Su madre María Guadalupe Alcalá viuda de Rubio era su más grande amor, siempre estuvo al tanto de lo que necesitara, era prioridad para todos.
Falleció el domingo a las 4:00 de la tarde, hoy su cuerpo fue velado en la capilla de velación Marsan, para después ser sepultado en el Panteón Jardines del Recuerdo.
Fue un abuelo excepcional, tenía dos nietas a las que consentía mucho, pero además fue el mejor de los tíos, los sobrinos lo buscaban cuando las cosas no iban bien, lo hacían porque él siempre tenía una palabra de aliento y sabía cómo solucionar los problemas.
