Rostros inexpresivos, temerosos, ansiosos, confusos, carentes de sentimiento, personalidad y alegría, son los que se asoman tras un cubrebocas que desde hace más de 3 meses es utilizado por la población como un accesorio, el cual nos ha convertido en muchos de los casos, en adultos mayores, hombres, mujeres y niños educados en la prevención de un virus que no se ve, que pocas veces se siente, pero que ha despertado muchos sentimientos encontrados entre la población.
Fue a finales del mes de febrero cuando se dio a conocer el primer caso de COVID-19 certificado en Coahuila, este traído a nuestra entidad por una joven que provenía de Milán Italia y quien comenzó a presentar síntomas desde el momento mismo que descendió del avión, fue a partir de esta fecha que la vida de los habitantes del Estado cambió drásticamente.
Poco a poco y pese a las medidas de prevención de médicos, enfermeras y trabajadores del área de la salud, el virus se hizo presente, siendo en el municipio de Monclova donde los casos se incrementaron alarmantemente, situación que cambió la vida a una gran cantidad de personas, quienes debido al miedo, comenzaron a desarrollar problemas conductuales, de personalidad y psicológicos que incluso los llevaron a presentar síntomas del coronavirus sin tenerlo.
Ante esta situación, autoridades de todos los niveles pusieron en marcha labores preventivas con la intención de frenar la inminente ola de contagios que prevalecía en la entidad, por lo que el resguardo fue una de las opciones más viables para proteger a la población vulnerable, entre las que se encontraban personas hipertensas, diabéticas, niños, mujeres embarazadas y adultos mayores, a quienes a partir del 25 de abril, tuvieron que guardar una cuarentena preventiva obligatoria para evitar ser parte de la estadística de contagios.
*Cuarentena y cambios conductuales*
Fue después de que se dio a conocer el decreto donde se señala que por protección a la salud, los adultos mayores no debían salir de casa, que comenzaron a presentarse comportamientos diversos en algunas personas, quienes debido al miedo que provocó esta pandemia, extremaron las medidas preventivas evitando salir de casa, recibir visitas y tener un contacto directo con amigos y familiares, situación que a más de tres meses del inicio de la pandemia, está desencadenando problemas psicológicos entre la población.
Sandra de Luna, titular de un centro de apoyo a mujeres, dijo que cada vez se presentan más casos de ansiedad generalizada, temor y tristeza entre la población, siendo las personas mayores de 60 años, quienes se están viendo más afectadas, aun y cuando están consientes de que estas acciones son en prevención de la salud.
“Es difícil recibir todos los días más de 10 llamadas solicitando apoyo psicológico por parte de personas que no pudieron digerir la estadía de esta pandemia entre la comunidad, ya que si bien los casos gracias a las labores de prevención han ido disminuyendo, el temor sigue presenten entre las personas más vulnerables”.
De Luna González explicó que por medio del área especializada en atención psicológica, se ha brindado atención a un sin número de personas, quienes presentan crisis de ansiedad generada por el temor a enfermarse de covid-19 e infectar a sus familiares.
Dijo que es la gente mayor y sobre todo las mujeres quienes han caído en un estado de pánico derivado de la pandemia y la poca convivencia que tienen con su familia y amigos, lo cual provoca tristeza y periodos de ansiedad con síntomas que van desde la pérdida del aliento, dificultad para respirar, insomnio, llanto excesivo sin motivo aparente y sudoraciones.
“Son mujeres mayores de 60 años las que han saturado nuestras líneas de atención telefónica para dar a conocer los síntomas que presentan, todas ellas debido a que han tenido que dejar de lado sus actividades dentro y fuera del hogar, con la intención de dar paso a los periodos de guarda domiciliaria los cuales se están presentando como mediada de prevención del covid-19”.
Las mujeres nos llaman desesperadas, el temor se siente en su voz, al dialogar con ellas en su mayoría coinciden que tienen miedo del covid, al entablar una conversación directa, poco a poco van dejando atrás el miedo, recuperan la confianza en ellas mismas y las ganas de salir adelante pese a los obstáculos que esta pandemia presenta en cada sector de la población.
“El objetivo de los apoyos que una gran cantidad de psicólogos y psiquiatras están dando de manera gratuita es enseñar a las personas a ser valientes, a no dejarse vencer por lo que sucede a nuestro alrededor, a mostrarles que el cubrebocas es un accesorio preventivo que quizá muchos nos negamos a utilizar pero que es necesario para presentar la salud y que los problemas económicos que hoy se enfrentan, poco apoco irán disminuyendo conforme la pandemia vaya siga curso”.
*Quiero sentirme útil, me invade el miedo, pero más la nostalgia de salir a la calle*
Fue la señora Martha González quien amablemente conversó con nosotros para platicarnos la forma en que ha logrado sobre llevar su problema de ansiedad y de esa forma poner al mal tiempo, buena cara, aun y con un cubrebocas en el rostro.
“En un principio sentí que lo perdía todo, en mi trabajo me mandaron a descansar y pensé que un descanso y mayor tiempo de sueño no se le negaban a nadie, luego poco a poco comencé a experimentar crisis de estrés y ansiedad generalizada por lo que mi primera opción fue buscar atención médica con un doctor particular, ya que me negaba a acudir a un hospital público por miedo a contagiarme de coronavirus”.
La mujer que es mayor de 60 años relató que al inicio de la pandemia tomó con responsabilidad y tranquilidad la prevención de la enfermedad, pero al no recibir las visitas de sus hijos y nietos fue cambiando su sonrisa tranquila por una mueca nerviosa, llegando incluso a presentar inmovilidad mandibular, temblores en los parpados, sensación de hormigueo en manos y pies, así como falta de aliento, lo que la llevo a creer que se había infectado.
“Presenté muchos síntomas extraños, por teléfono comencé a marcar a amigas y familiares, quienes me tranquilizaron un poco asegurándome que ellas habían sufrido episodios similares, causados por el temor a la pandemia, esto se hizo cada vez más contantes, por lo que tuve que acudir a un médico quien me confirmó lo que ellas me dijeron, sufrí una crisis de ansiedad”.
Doña Martha dijo que fueron más de tres médicos los que la atendieron en diversos días, incluso le realizaron pruebas de sangre, radiografías, ultrasonidos, le tomaron la presión arterial, la frecuencia cardiaca y los niveles de azúcar en sangre, cuyos resultados confirmaron que ella estaba en perfecto estado de salud.
La señora Martha igual que una gran parte de la población tuvo que trabajar en el manejo de la tensión nerviosa, aceptando que actualmente el mundo vive una pandemia de la que nadie estamos exentos y de la cual debemos cuidarnos para evitar ser parte de las estadísticas.
Los especialistas recomiendan que las personas que sufren o han sufrido una crisis de ansiedad generalizada soliciten ayuda de forma inmediata, ya que las manifestaciones de problemas nerviosos y estrés generalizado se han incrementado alarmantemente entre la población.
“Los adultos mayores son los más dañados por la cuarentena preventiva, la restricción de horarios que tienen que respetar al acudir a realizar sus compras a un establecimiento, la falta de visita de familiares y amigos quienes cumplen con las medidas preventivas para evitar contagiarlos, el cambio repentino en sus horarios laborales dentro y fuera del hogar, son factores que favorecen el estrés, con el apoyo de especialistas y con el amor de sus familias esto puede encausarse”.
Entre las recomendaciones que los psicólogos y encargados de la salud mental indican para reducir las crisis de ansiedad durante la pandemia, se encuentran las siguientes:
1.- Aprovecha el tiempo disponible en casa para realizar actividades que permitan un afrontamiento positivo como leer, escribir, cantar, bailar o realizar manualidades que les permitan tener la mente ocupada y tranquila.
2.-No aislarse, sino buscar la forma de comunicarse con familiares y amigos de forma distinta, ya sea por medio del teléfono, redes sociales o plataformas digitales.
3.-Estar siempre informado, más no estar a cada minuto al tanto de noticias alarmantes, leer siempre paginas oficiales para evitar el temor por desinformación.
4.-Tomar aire fresco, salir al porche, regar las plantas, tomar el sol para evitar el encierro y con ello una crisis de ansiedad.
5.-Buscar el apoyo de un especialista en caso de ser necesario, evitar auto medicarse con tranquilizantes y sobre todo dialogar con personas que como usted ha sufrido este tipo de crisis a causa de la pandemia.
