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Coahuila

La Columna

Por Dina Flores - 23 diciembre, 2018 - 01:51 p.m.

Con la muerte de Yoana Valeria Garza Montenegro, la joven madre de familia quien por espacio de seis meses tuvo en su vientre una compresa que le dejaron los médicos en señal de claro descuido cuando la operaron para contenerle una hemorragia como resultado de un embarazo ectópico, queda al descubierto la irresponsabilidad y poca ética de los médicos.

A ver como reaccionan los directivos  del Imss ante este caso que mantuvo en vilo no solo a la familia sino a la población en general por lo incongruente de la situación y la poca capacidad de la los médicos para resolver en su totalidad un problema como el que vivió Yoana Valeria.

No es la primera vez que se ve un caso de esta naturaleza en la Clínica 51, institución médica que de paso es arbitraria al tomar posturas y pretextos que ellos mismos inventan para evadir respuestas y no dar la cara ante hechos en los que se debe tomar en cuenta que están tratando con humanos y no con animales.

Los médicos que la operaron tienen que responder por lo que hicieron y pagar, indemnizar a la familia, al niño que se quedó huérfano por culpa de un par de galenos que hacen en el quirófano lo que se les pega la gana.

La Clínica de Campo es el único medio y recurso que tienen los habitantes de la Región Centro Desierto para atenderse de sus enfermedades, prueba de ello es que provienen desde San José de Carranza municipio de Sierra Mojada por lo que al menos debería contar con los elementos y capital humano necesario para dar un buen servicio.

Pero no es así, y como dicen los familiares de la hoy fallecida, son médicos foráneos y otros recomendados los que llevan a cabo el trabajo de atender enfermos y sanarlos, en los que por desgracia y con lo ocurrido ya no se les cree nada.

Mucho tienen que responder los directivos del Imss ante este problema, injusticia irresponsabilidad o como le quieran llamar pero el caso es que la familia pide justicia y que se paguen los más de 300 mil pesos que se adeudan en una clínica particular.

Porque lo que hicieron no tiene nombre y menos cuando la paciente que tuvieron en sus manos deja un hijo en la orfandad.

Y pasando a otra cosa, que por cierto es mala, pues ahí tienen que los habitantes de Sacramento están a punto de levantarse en armas contra la Alcaldesa Silvia Ovalle Reyna porque es fecha que no les ha pagado el aguinaldo pretextando que no le han enviado dinero de Saltillo, como si el Gobierno del Estado tuviera la obligación de mantenerle esa prestación.

Pero el problema ya se fue más allá porque en represalia, los encargados del agua potable cerraron las llaves, metieron candados y se fueron fuera de la pueblo.

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