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Coahuila

La miscelánea más antigua de Frontera

Dina Flores
Por Dina Flores - 28 julio, 2017 - 03:42 a.m.

Por la necesidad de sacar adelante a sus hijos

 FRONTERA, COAH.-El deseo de sacar a sus hijos adelante, de darles una carrera profesional y una vida libre de privaciones llevó a Zulema Cepeda Martínez a incursionar en el mundo del comercio, de eso hace 45 años y desde entonces ha estado al frente de una de las misceláneas mas surtidas, variadas que hay en la localidad: Miscelánea Zulema.

Negocio ubicado en la esquina de la calle Zacatecas y Durango de la colonia Bellavista, que en un principio fue una esquina común perteneciente a una casa particular propiedad de Cayetano Cepeda, tío de Zulema quien al verla sola con sus tres hijos de cinco, cuatro y nueve meses, no dudó en apoyarla prestándole esa esquina que hoy es ampliamente conocida por los vecinos no solo de ese sector de Frontera sino de las colonias aledañas, destacando la Independencia que fue en donde tuvo sus primeros clientes.

Pero no todo fue fácil para nuestra entrevistada, pues a los 25 años de edad pasó por un divorcio necesario quedándose con sus tres pequeños hijos, quienes en vez de doblegarla le dieron el valor suficiente para luchar a brazo partido para sacarlos adelante y lo logró.

Todo comienzo es difícil, dice Zulema sentada en la sala de su casa donde recibió a La Voz Monclova, porque había que iniciar de cero, “pero eran tan grandes mis ganas de darles a mis hijos lo mejor para que se prepararan y fueran personas útiles y buenas que comencé vendiendo dulces regionales, después mi tío que era carnicero me daba el menudo que yo preparaba y salía a venderlo, la fritada también y los tamales, con los que me hice de muchos clientes al grado que ya no salía a ofrecer solo a entregarlos, porque solicitaban las docenas con anticipación.

Fue de esta manera que con sus ahorritos comenzó a surtir la tiendita en el mismo lugar donde actualmente se encuentra, primero salía a las tiendas grandes de Monclova y de esta Ciudad, donde compraba las ofertas que anunciaban para después revenderlas y conforme pasó el tiempo entró de lleno al mundo del comercio, el trato con los proveedores al grado que ya no pudo atenderlo sola y se vio en la necesidad de contratar personal.

A la fecha, Casa Zulema es un pequeño micronegocio que genera seis empleos, seis mujeres que laboran seis horas diarias en contra turno para que tengan la oportunidad de atender sus hogares y sus hijos.

Esto hace sentir feliz a Zulema, quien dice que a sus setenta años ha logrado todo lo que se ha propuesto, ver realizada a su familia, tener a sus nietos, ver crecer su negocio y con ello una extensa cartera de clientes que la buscan no solo por el abarrote que vende, sino porque ahí se cumple al pie de la letra el concepto de lo que es una miscelánea de verdad, donde se encuentra de todo.

Desde regalos, artesanías, papelería, carnes frías, alimentos perecederos y no perecederos, curiosidades, cosméticos, adornos y no conforme con eso, los regalos propios de la temporada, como es Navidad, Día de las Madres, Día del Niño, etc., por citar algunos.

Aquí hay poquito de todo y si no lo tiene lo consigue, porque ante todo está la satisfacción del cliente, además del buen trato hacia ellos que son los que mantienen vivo este negocio al cliente y esa es la recomendación que les hace a sus empleadas, que sean corteses y educadas ya que ella no permite las faltas de respeto ni que se alce la voz.

Siempre les digo a mis empleadas que cuiden su trabajo, algunas de ellas tienen diez años conmigo y son buenas, además pido respeto para los clientes que acuden a visitarnos, aquí hay disciplina, que tengan presente que todos vamos en el mismo barco y tenemos que hacer las cosas bien”, dijo.

Al hablar de su realización tanto de ella como de sus hijos dice que no le avergüenza recordar cuando andaba con las ollas de menudo por las calles vendiendo, pues su prioridad eran sus hijos y con eso comenzó a poner los cimientos de lo que es su negocio hoy día.

Al hablar de sus nietos los ojos le brillan de orgullo y dice que también a ellos les ha enseñado el valor del trabajo, la importancia de ser honestos, hacer amigos y cuidarlos, en algunas ocasiones la visitan y le ayudan con el quehacer cotidiano que genera la tienda.

Una de las debilidades de Zulema son los niños, para ella son una fuente inagotable de amabilidad y siempre tiene una palabra que decirles, eso la hace sentir contenta y dice que ahí, en su negocio ha visto pasar tres generaciones de niños, algunos ya son abuelos que de vez en cuando pasan únicamente a saludarla.

Incluso no pierde la oportunidad de festejarlos, ahí en la banqueta de su negocio donde por costumbre se reúnen para jugar o simplemente disfrutar la golosina que compraron en la tienda.

Casi medio siglo de atender toda clase de personas la llevó a tener un abanico grande de amistades, lo que para ella es uno de los logros más hermosos en su vida, además de sacar de ahí para mantener a sus hijos.

Recuerda que fue en 1976 cuando comenzó a poblarse todo el sector, justo en los inicios de la Planta Dos de Altos Hornos de México, ya para entonces estaba su tiendita y con eso la cantidad de amigos y clientes creció aún más. A diferencia de los demás negocios, aquí no ha entrado la tecnología, las cuentas se hacen a lápiz en un cuaderno, para lo cual la dueña es experta en eso y algo del manejo de los números se lo ha enseñado a sus empleadas.

¿Pero cuál es la clave para que Casa Zulema sea uno de los negocios favoritos de las colonias Bellavista e Independencia y de muchos más? Sonriendo nuestra entrevistada dice: todas las noches después de cerrar recorro cada uno de los pasillos de la tienda y veo que cosas faltan para comprarlas, el acomodo de la mercancía y los cambios que tenga que hacer para que esto funcione mejor, para el día siguiente poner manos a la obra”.

La vida me puso muchos retos y los superé, también fueron muchas bendiciones de Dios y el apoyo de mi familia, creo que pese a los años que tengo aún hay Zulema para rato.

"Vencí todos los retos quela vida me impuso y aún tengo fuerzas para continuar"

Zulema Cepeda Martínez

Propietaria de la Miscelánea

El dato.

Todo comienzo es difícil, dice Zulema sentada en la sala de su casa donde recibió a La Voz Monclova porque había que iniciar de cero, “pero eran tan grandes mis ganas de darles a mis hijos lo mejor para que se prepararan y fueran personas útiles y buenas que comencé vendiendo dulces regionales, después mi tío que era carnicero me daba el menudo que yo preparaba y salía a venderlo, la fritada también y los tamales”.

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