Contactanos

Coahuila

La mitad de Saltillo olvidada

Por Staff / La Voz - 28 septiembre, 2017 - 00:09 a.m.

Todos somos descendientes de migrantes, exterminaron a los indios nómadas. Nadie es de esta tierra, señala el historiador Carlos Manuel Valdés

Saltillo, Coah.-La capital de Coahuila tiene 440 años y aún cuando para muchos pareciera cada vez más “americanizada” e industrial, Saltillo mantiene su identidad, la cual surge de dos pueblos que llegaron de lejos para establecerse aquí: el español en la villa de Santiago de Saltillo y el tlaxcalteca en San Esteban de la Nueva Tlaxcala.

En 1574, el nombre de Saltillo aparece en la lista de poblaciones fundadas de la Nueva España del cosmógrafo del rey Felipe II; sin embargo, se considera el 25 de julio de 1577 como la fecha oficial de la fundación de la villa de Santiago de Saltillo.

El Noreste no fue fácil de conquistar para los españoles, los indígenas nómadas se resistieron y defendieron sus tierras. Antes de la llegada de los tlaxcaltecas, la villa de Saltillo iba descendiendo casi hasta la desaparición.

“Quedaban 16 vecinos españoles nada más, los tlaxcaltecas que llegaron fueron cerca de 100, incluyendo niños”, relata el historiador Carlos Manuel Valdés.

Por eso, en 1591 el Virrey Luis de Velasco y Castilla realizó negociaciones con sus aliados de la república de Tlaxcala para establecer ocho poblaciones tlaxcaltecas en el camino de Tierra Adentro actual noreste de México, establecieron poblaciones en el valle de Parras, La Laguna Grande, Saltillo, Mazapil y en los centros mineros de Indé y Charcas.

“A Saltillo llegaron 67 cabezas de familia, la mayoría jóvenes y alguna viuda. Aceptaron migrar porque les ofrecieron una serie de prestaciones que nadie tenía en ese tiempo ni siquiera los españoles, como ser considerados hidalgos y heredar esa condición a sus descendientes, montar caballo y portar armas de fuego. Además les dieron tierra y agua suficientes. Dejaron la opresión para ser propietarios libres”, explica el historiador Carlos Manuel Valdés.

La idea del Virrey era integrar a los pueblos nómadas del Noreste a la fe católica, a la vida agrícola y a la obediencia con poblaciones mixtas de tlaxcaltecas y habitantes nativos, pero no se logró.

En 1623 la población tlaxcalteca de San Esteban llegaba a 411 y tan solo 88 era huachichiles; para 1674 solo quedaban cinco nativos.

“Todos somos descendientes de migrantes. Eso es importante. Nadie es aborigen. Exterminaron a los indios nómadas. Nadie es de esta tierra”, concluye el historiador Carlos Manuel Valdés.

Artículos Relacionados