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Coahuila

La tribu Kikapú en Coahuila

Por Carlos Macias - 12 diciembre, 2016 - 02:19 a.m.
La tribu Kikapú en Coahuila

La sala principal del CCELEMS fue adaptada para recibir esta magnífica exposición  “El entorno de un guerrero” de Raúl Cárdenas y “Una mirada de la tribu Kikapú” de Germán Siller

SABINAS, COAHUILA.- Una excepcional exposición de objetos e imágenes de la Tribu Kikapú se encuentra al alcance de todos los habitantes de la Región Carbonífera en el Centro Cultural Esposos Lily y Edilberto Montemayor Seguy, que estará disponible hasta febrero.

La sala principal del CCELEMS fue adaptada para recibir esta magnífica exposición “El entorno de un guerrero” de Raúl Cárdenas y “Una mirada de la tribu Kikapú” de Germán Siller, ambos con su entrega y profesionalismo permiten a los visitantes conocer el entorno que moldea la vida cotidiana y la espiritualidad de estos pobladores que enaltecen la vida cultural de Coahuila.

Fue a través de la Secretaría de Cultura que se recibieron en préstamo los objetos y piezas fotográficas, que trasmiten la lección de un pueblo fuerte de arraigadas tradiciones y de lazos profundos con la naturaleza, un pueblo de lucha constante, guerrero.

La exposición ofrece elementos de la naturaleza, vestimentas, ornamentos, investigación de contenidos, música y anecdotario para completar un homenaje cargado de respeto y reconocimiento a cada integrante del pueblo kikapú y a la memoria del Gran Jefe Chakoka Aniko. Es además una oportunidad valiosa para para conocer sobre la cultura y motivos de estos pobladores distinguidos de Coahuila.

Los Kikapú son un pueblo indígena procedente del norte de Canadá que asentó su vida en la región de los grandes lagos, en el norte de Estados Unidos. A causa de la presión de la colonización europea en esta región, fueron empujados a la llanura del Río Misisipi y posteriormente buscaron refugio en Texas, con autorización del Presidente Guadalupe Victoria, pero al volverse esta tierra suelo estadounidense buscaron nuevamente permiso oficial para entrar a México y se establecieron en Coahuila a mediados del siglo XIX.

En julio de 1850 cuando Mascogos, Seminoles y Kikapú cruzaron el Río Grande, por Eagle Pass, comandados respectivamente por John Horse, Wild Cat y por Papequah, en espera de 7 mil acres que había acordado con el gobierno mexicano del presidente José Joaquín Herrera, a cambio de guerrear contra indios salvajes que afectaban a los mexicanos de la zona.

En el acuerdo de colonización del 25 de octubre de 1850 quedó asentado también que jefes y guerreros indios deberían fidelidad y estarían sujetos al mando del ejército mexicano que les proporcionaría bastimento, parque y armas.

En 1852 los kikapú fueron ubicados en un lugar llamado La Navaja, “Colonia Militar” del Monclova Viejo, después pidieron ser trasladados por no tener tierra productiva ni agua. En 1859, en respuesta a su petición, fueron reubicados en El Nacimiento, hacienda expropiada al terrateniente Carlos Sánchez Navarro, y logrando también que fueran aceptados como colonos sus familiares que estuvieran en territorio norteamericano.

LO MÁS SAGRADO PARA LOS KIKAPÚ

Kitzihiata es el dios primordial de los kikapú. Su nombre significa Gran Fuego y preside los hogares en forma de una hoguera que siempre está encendida en una de sus chozas, Kitzihiata fue padre del dios creador, Wisaka, que hizo las tierras del continente americano y tejió una telaraña para que la tierra no se desfondara.

El nombre de la tribu significa “Los que andan por la tierra”, y tiene que ver con que Kitzihiata eligió a los kikapú para ser los vigilantes de la tierra que creó. Según sus creencias, cuando un miembro de la tribu muere pasa a un mundo donde cazará venados para siempre en compañía de Kitzihiata.

El kikapú acepta la muerte con aceptación, cree que el Gran Espíritu lo puso en la tierra y tiene el poder de llamarlo cuando le parezca. Piensa que su vida en el más allá estará entretenida con sus juegos, danzas y cacerías favoritas y, de no gustarle puede pedir permiso para regresar a este mundo entre dos y cuatro veces, en el cuerpo de un recién nacido.

Wisaka les dio las reglas que deben seguir: no cometer suicidio, no matar, no fallar al cumplir sus obligaciones ceremoniales, no beber en exceso, no robar, no cometer adulterio, no mentir, no acumular riquezas, no participar en brujería y no hacer rumores de cosas malignas.

Hablan kikapú como primera lengua, también saben español e inglés. Conservan sus tradiciones y costumbres, por eso son considerados como etnia. Hoy sobreviven alrededor de 5 mil kikapú en el planeta, entre Oklahoma, Kansas, Texas y Coahuila.

En nuestra entidad su localización es a 118 kilómetros de Sabinas, a 339 kilómetros de Saltillo, y a 130 kilómetros de la frontera con Estados Unidos, en la comunidad llamada El Nacimiento, en el valle de Santa Rosa, Múzquiz, formando parte de la cuenca hidrográfica del río Sabinas.

Para realizar el montaje de cada espacio, se atendieron los debidos protocolos con la familia Aniko, y se recibió la asesoría del profesor Fernando Kisko Rivera.

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