Los gritos de dolor de Cynthia Villarreal Sánchez calaron hondo.
“¡Purón, Purón, Purón¡”.
Las lágrimas de doña María Johnston, rasgaron el alma de miles de personas
Su hija María Constanza, solo miraba a su mamá y sonreía, sin darse cuenta de lo que pasaba.
El sentimiento hizo eco en los miles de nigropetenses.
Ese fue el panorama general la tarde de este sábado.
El dolor, la tristeza, música y muchas porras de aliento, acompañaron a Fernando Purón Johnston a su último recorrido por la ciudad que lo vió crecer.
El sufrimiento de sus seres queridos contagió a todos.
Tras su cobarde asesinato la noche del viernes, este sábado se llevaron a cabo las honras fúnebres.
Hubo guardias de honor en la Funeraria y, bajo las letras “Bienvenido Piedras Negras.
Allí su esposa no resistió más.
Sus gritos de “Purón, Purón, Purón”, encendió el ánimo de la gente.
Todos vitorearon su nombre y exigieron justicia.
“Solo así pudieron”, lamentaba Cynthia entre lágrimas de dolor.
A lado doña María aguantaba firme su pena, pero su rostro reflejaba el dolor más grande que puede sentir una madre; la pérdida de un hijo.
“Justicia, justicia, justicia”, exigía la gente.
El gobernador Miguel Ángel Riquelme y Roberto Campa Cibrán, respondieron que su crimen no va a quedar impune.
En la glesia de Guadalupe, el Obispo Alonso Gerardo Garza Treviño, reconoció su dinamismo y su interés por la comunidad.
“Nadie tiene derecho a quitar la vida de otra persona”, criticó, “menos de un funcionario como Purón
Su homilía pegó fuerte entre los presentes.
El Santuario resultó insuficiente para tanta gente.
Todos oraron por el eterno descanso de su alma.
Después de todo, Fernando Purón arriesgó su vida por la seguridad y tranquilidad de su gente.
Tras la misa, el cortejo fúnebre tomó rumbo hacia el Panteón Santo Cristo.
La caravana de automóviles llegaba a cinco kilómetros.
Fue el más grande reconocimiento de un pueblo a un funcionario público.
En el panteón hubo música y mucho sentimiento.
El bello atardecer jugó su papel.
Tras palabras de agradecimiento de la familia y sus más cercanos colaboradores, el féretro de Fernando comenzó el último camino.
La gente tomó puños de tierra y flores y las arrojó a la cripta.
La letra del mariachi acompañó al ex Munícipe hasta su última morada.
