La Iglesia católica no ha resentido la falta de limosna durante la contingencia, siguen recibiendo apoyo económico para sustentar cada instalación, una de tamaño mediano o con pocos trabajadores requiere una inversión de 40 a 50 mil pesos.
El Padre Jorge Guzmán encargado de la Vicaría de la Diócesis de Saltillo en la región centro, externó, los padres y trabajadores están viviendo de forma austera durante la contingencia ya que permanecen cerrados para evitar contagios. Al ver esto, los feligreses han respondido y se han unido para ayudarles.
Muchos han llamado o acudido a las parroquias y los padres o sacerdotes, siguen realizando el servicio de la caridad donde más hace falta y la Iglesia Mexicana ha estado en coordinación para que no se detenga.
Los gastos ascienden de 40 a 50 mil pesos en luz, agua, Seguro Social e ISSSTE y otras prestaciones, Sagrada Familia es una parroquia mediana en comparación a otras de la región centro donde tienen de 3 a 5 trabajadores. La diócesis está haciendo frente a la pandemia tratando de no despedir a los trabajadores de la religión.
“La comunidad no nos ha abandonado para pagar los gastos básicos de la parroquia, a nivel diocesano hay un equipo para que las parroquias que tengan problemas económicos para cubrir los gastos, se está promoviendo la solidaridad para salir adelante”
