Luis Miguel a pesar de ser uno de los hombres más exitosos y codiciados en el mundo de la farándula; ha estado distanciado de sus hijos más pequeños que son fruto de su relación con la actriz Aracely Arámbula.
Según dio a conocer el programa matutino “Hoy” el llamado “Sol” tendrá que pagar una pensión para la manutención de sus hijos de $600,000 mensuales; esto con la finalidad de cubrir todos los gastos de los pequeños de 10 y 12 años.
En caso de que Luis Miguel cumpla con dicho acuerdo, el cantante tendrá la oportunidad de convivir nuevamente con sus 2 hijos. El reencuentro llegaría 10 años después de la separación de la actriz, y por lo cual fue muy criticado durante años.
Según el empresario y amigo del cantante, Carlos Bremer, Luis Miguel quiere corregir su camino y hacer las cosas bien en esta nueva etapa de su vida.
La declaración:
“Sería muy importante para completar todo el éxito que ha tenido y que ha salido de todos los problemas, yo creo que el que se logre atender a Aracely o a los niños sería un éxito. Él tenía ganas de hacer bien todo. Sí le veo probabilidades”, dijo Bremer.
El cantante estuvo al borde de la bancarrota debido a las deudas que tenía con el fisco y además de una cuenta pendiente con Alejandro Fernández.
Pero estos problemas no son nada nuevos, porque cuando el cantante apenas llegaba a la mayoría de edad, ya enfrentaba una deuda con el fisco mexicano. Gracias a un préstamo del empresario Jaime Camil Garza y la venta de sus álbumes “20 años” y “Boleros”, logró resolver sus problemas con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El cantante volvió a tener problemas en 2006 porque no pagó los impuestos correspondientes al uso de una playa privada en el Puerto de Acapulco y porque omitió declarar impuestos por poseer una lujosa casa en Miami.
Y de nuevo en 2016, por cancelar un gira en la que compartiría escenario con el cantante Alejandro Fernández.
“El Potrillo” lo demandó por casi 6.5 millones de dólares o el 25% del total de boletaje de la serie de conciertos que darían en el Auditorio Nacional, en la Ciudad de México. Los motivos de la cancelación fueron los supuestos problemas de salud que Luis Miguel sufría en aquel tiempo.