Viajar de mochilero para conocer al mundo es el único objetivo de Luis Fernando Cabello Santos de 33 años quien al llegar a cada ciudad se convierte en un artista callejero montando un gran espectáculo en los cruceros a cambio de una moneda de la gente para poder vivir y seguir viajando, cargando recuerdos, rencontrando y descubriendo cada vez más.
Es originario de Tijuana Baja California y desde hace 8 años empezó esta aventura, ha recorrido diferentes partes de la República Mexicana y contempla estar en Centroamérica y Europa, por lo pronto conoce Sonora, Chihuahua, Durango, Nayarit, Ciudad de México, Hidalgo, Veracruz, Quintana Roo, Coahuila entre otros estados.
Viajar de mochilero para conocer al mundo es el único objetivo de Luis.
“Mi única intención es conocer lugares, viajar y viajar, conocer el mundo”, mencionó antes de arribar al monociclo, en sus manos llevaba tres bolos, una sombrilla y un balón.
Está ubicado en el bulevar Harold R. Pape cruce con Matamoros, se monta en el monociclo, se coloca el mango de la sombrilla en la boca, en el extremo inferior de la sombrilla coloca un balón que gira, esto mientras hace malabares con los tres bolos y se mueve de adelante hacía atrás montado en el monociclo, captando las miradas y provocando el asombro de la gente.
Tiene una semana en Monclova estará aquí durante 15 días para después salir rumbo a Puerto Vallarta, mencionó que apenas tiene una semana en la ciudad, está rentando un lugar en el que descansa.
“Mi única intención es conocer lugares, viajar y viajar, conocer el mundo”
Fernando Cabello Santos
Artista callejero.
Mencionó que aunque ha estado en diversas partes de México, Monclova es una ciudad única, llama la atención su gente no solo por la manera de hablar con el acento norteño, es también la alegría y la solidaridad además de esa facilidad para iniciar una plática con cualquier desconocido, cosa que no se ve en otros lugares.
En su aventura por México se ha encontrado a grandes personas con quienes ha hecho amistad y con quienes incluso ha viajado, él selecciona quien sí puede ser su compañero, para seguir viajando.
Seguido regresa a Tijuana para visitar a su familia y retoma su camino, también viaja a Tepic Nayarit donde tiene una hija.
Mencionó que el número artístico que él muestra a la gente a cambio de una moneda lo ha aprendiendo solo en el trascurso del tiempo, pero también en escuelas en la Ciudad de México, donde le cobran 3 mil pesos a la semana, pero es un curso muy avanzado del malabar.
“No solo es aventar los objetos al aire, es numerología también de comprender los dos hemisferios del cerebro, todo esto es algo de ciencia y estudio realmente, es un arte sin cense algo que la gente no está acostumbrada a ver”, comentó.
Lo que hace le gusta y más cuando se trata de viajar para seguir conociendo el mundo, está por ir a plazas públicas con diferentes objetos, hacer una rueda, un personaje y llevarlo a estos lugares concurridos por la gente, por lo pronto agradeció a Monclova y su gente por el apoyo y por comprender el arte callejero.
