La familia denunció que don Ramiro Marquez de 81 años necesitaba una operación de la vesícula pero los médicos nunca lo operaron por falta de sangre
Una familia de escasos recursos denunció que un ancianito murió en el Hospital Amparo Pape de Benavides esperando que lo operaran de la vesícula, sin embargo nunca lo programaron por falta de sangre. Tras ocho días sin comer ni tomar agua: perdió la vida.
Además de denunciar públicamente el caso de negligencia la familia enfrentó otro problema, la falta de dinero para los gastos funerarios.
A casi 40 grados, en el patio de la casa marcada con el número 1315 en la Calle 40 de la Colonia 21 de Marzo, ahí velaron a don Ramiro Marquez. Sus hijos, sin dinero para pagar los servicios de velación se vieron en la necesidad de colocar hielo debajo del ataúd para evitar la descomposición del cuerpo.
El pasado martes cerca de las 23:00 horas don Ramiro de 81 años de edad dejó de existir luego de que por más de una semana esperaba ser intervenido quirúrgicamente para retirar su vesícula que le estaba generando muchos malestares y complicaciones de salud.
Su hijo Juan Márquez quien llevó al ancianito a recibir atención médica narró tristemente como acudieron a la clínica por un intenso dolor que tenía en el vientre, al practicarle ultrasonidos los galenos aseguraron que era candidato a cirugía pero esa opción nunca llegó.
“Me lo dejaron internado, le pusieron de 10 a 12 bolsas de suero en los 8 o 9 dias que estuvo ahi, dijeron que lo iban a operar, pero se llegó el día y me cancelaron la operación porque faltaba sangre, ahí estaba todo, ya teníamos las unidades”.
“Después me dijeron que el miércoles lo iban a operar y ya no llegó, mi papá estuvo ocho días sin comer, sin tomar agua, solo con puro suero”.
Con los ojos llenos de lagrimas por recordar la situación en que vivió los últimos días de vida su progenitor, aseguró que fue culpa del personal del Amparo Pape que llegara la muerte de don Ramiro.
“Ya mi apá tenía la lengua amarilla, cuarteadita, fueron 8 o 9 días sin comer, la enfermera se enojó por que le di poco de agua por que tenia toda su boca reseca y apenas me lo habían programado para ayer la operación y el martes falleció como a las 11:00 de la noche”.
Reiteró que los médicos argumentaban que lo someterían a operación de la vesícula y le estaban controlando el azúcar, pero perdió la batalla un día antes de su intervención.
“Mejor no lo hubiera llevado ahí y no lo tuviera en mi casa tendido, lo tuviera vivo” dijo con un semblante de impotencia, coraje y tristeza.
Dijo el descendiente del ancianito que siempre había cuidado de su padre, por mantenerse al pendiente de él en los días que se mantuvo hospitalizado, no acudió a trabajar y al no contar con recurso suficiente, se vio en la necesidad de velar al octogenario en el patio de su casa, a donde acudieron familiares a despedirse.
