Acuña, Coahuila.- Sin pensar las consecuencias, una menor de solo 17 años de edad y quien tenía 5 meses de embarazo, decidió inducirse un aborto farmacológico.
Los hechos se suscitaron en el municipio de Acuña en el fraccionamiento Valle Verde, lugar donde Jennifer “N” visitó a una amiga para ingerir un medicamento controlado, conocido comercialmente como Cyt***.
El bebé quedó sin vida en la cama de su amiga.
Después de unos minutos la joven Jennifer “N” comenzó a sentirse mal, debido a los efectos abortivos de este producto, por lo que su amiga solicitó el apoyo de la Cruz Roja, para que le brindaran los primeros auxilios, sin embargo, ella logró su cometido y su bebé quedó sin vida en la cama de su amiga, mientras que ella tuvo que ser trasladada al Hospital General para su valoración médica.
Dentro de las investigaciones que realiza la Fiscalía del estado, se destaca que la joven comentó a los socorristas que el feto se le vino solo, y que ella no se había provocado el aborto, sin embargo, la Policía Investigadora continúa las indagaciones sobre este hecho.
Cabe destacar que luego de un trabajo periodístico de La Voz, se supo que este medicamento se encuentra en farmacias genéricas y de patente, y su precio oscila entre los 450 y los 500 pesos, sin embargo, los encargados de estos negocios explicaron que se requiere de receta médica para su venta.
Desafortunadamente y debido al fácil acceso a internet, cada vez más jovencitas conocen diversos métodos abortivos, los cuales ponen en peligro su vida, ejemplo de esto es, la página abortar.org donde se explica paso a paso el uso de las pastillas, que fueron diseñadas para tratamiento de úlceras gástricas y duodenales, sin embargo, dan a conocer que también sirven para abortar.
En este tipo de páginas se explica paso a paso el uso de este medicamento para abortar, sin embargo, la doctora Tania González, médico cirujano dijo a La Voz que el medicamento no está a la venta libre, por lo que la joven acuñense, Jennifer “N” quien abortó a su bebé de 5 meses requirió de una receta médica para obtenerlo, o bien lo consiguió en el mercado negro.
Explicó, que este medicamento favorece las contracciones uterinas, y solo se utiliza en pacientes que desean hacerse abortos dentro de las primeras siete semanas, en donde está legalizado, además de que los efectos secundarios suelen ser principalmente el sangrado uterino y por ende el riesgo de sufrir una hemorragia y la muerte.
Para el tiempo de gestación en que Jennifer “N” decidió realizarse el aborto, es decir 5 meses, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia asegura en un artículo en internet, que a esto ya no se le puede considerar aborto, sino la “destrucción intrauterina de un feto viable”, pues existen un 59% de posibilidades de que el producto sobreviva.
De encontrar que la joven consumió de manera premeditada el medicamento, estará incurriendo en un delito tipificado en el Artículo 196 del Código Penal del Estado de Coahuila de Zaragoza como Aborto autoprocurado y en el cual se impone una sanción de hasta tres años de prisión a la mujer que voluntariamente practique su aborto.
