Deja un legado de lucha, optimismo y fortaleza; descanse en paz
Tras perder la batalla contra la insuficiencia renal que le diagnosticaron hace tres años, el joven Pablo Gilberto Mata Sánchez (Pablito) murió ayer dejando un legado de lucha, optimismo y fortaleza
Cuando se encontraba internado en el hospital general Amparo Pape de Benavides se complicó su salud dejándolo sin fuerza para seguir luchando por su vida; finalmente quedó sin signos vitales antes del mediodía del cinco de julio.
A los 18 años de edad dejó de existir, dejando sueños que ahora se volvieron inalcanzables. Desde que comenzó a sufrir por el padecimiento, su madre buscaba la manera de trasplantarle un riñón.
Nunca consiguió la forma de otorgar este órgano que le salvaría la vida a su pequeño, a quien cuidó día y noche hasta el último segundo de su vida.
Sandra Patricia Sánchez de León vivió atormentada al ver sufrir a su hijo durante los últimos meses.
Intentó a toda costa que se le diera atención especializada, buscó autoridades hasta de los Estados Unidos, pero no hubo respuesta a su llamado.
Pese a sus pésimas condiciones económicas, la madre se esforzó por prolongarle la vida a su pequeño, vendía joyería, hizo campañas de boteo pues el mantenerse al lado de Pablito le impedía buscar un trabajo fijo.
Aún y cuando ella y su hijo vivían en la calle Indio Toboso 1511 en Colinas de Santiago, parecía que su vivienda era la sala 8 del hospital Amparo Pape, semana tras semana ahí se encontraban por más de cuatro días.
Pablo Gilberto Mata Sánchez era dializado constantemente para poder eliminar los líquidos tóxicos que su riñón no podía procesar, esto fue desgastante para su salud, su físico y sobre todo para la salud mental de él y de su madre, quien veía teniendo complicaciones para adquirir el medicamento.
Su pequeño cuerpecito fue entregado a su madre quien el día de ayer permaneció velando sus restos en la capilla 147 de la colonia Obrera.
