De acuerdo con la investigación, en los hogares donde no existe una figura paterna, ya sea por abandono, por muerte o por decisión de la propia madre, las niñas son más perseverantes para alcanzar sus metas y maduran mucho más rápido de lo que lo hacen sus pares en familias con padre y madre; además, reportan más autoconfianza y positivismo.
Las conclusiones del estudio explican que el ambiente en los hogares liderados por una mujer, suele ser más positivo y estar provisto de estímulos y premios sin caer en lo permisivo, situación que a veces puede darse entre un padre y sus hijos.
Pese a los resultados positivos de la investigación, los especialistas afirman que en esta ecuación no sólo se trata de analizar el resultado de que no exista una figura paterna en la vida de una persona, sino también del papel que juega la mamá, pues los menores la toman como un ejemplo a seguir y cada una de sus acciones forjan el carácter de sus hijos.
En cuanto a los hijos, la investigación también encontró que tienen algunas ventajas con respecto a los que crecen con padre y madre, pues estos suelen ser más colaborativos e involucrados en las tareas del hogar y las actividades familiares; además, son más responsables y autosuficientes.
El estudio no deja claro si hubo alguna indagación con respecto a las familias formadas por dos madres y sus hijas e hijos o sólo consideró a las mujeres solteras, viudas o divorciadas.
