Piedras Negras, Coahuila. - La tarde y noche del pasado 7 de mayo, diversas zonas de México, principalmente del centro hacia el sur del país, se vieron afectadas por apagones que generaron inquietud y preguntas sobre la estabilidad del suministro eléctrico. Aunque los apagones y el calor no son una combinación deseada, la situación plantea interrogantes sobre las causas detrás de esta interrupción del servicio.
Minutos después de las 11 de la noche del 7 de mayo, el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) emitió un comunicado para esclarecer los estados de alerta y emergencia que se activaron en el Sistema Interconectado Nacional, lo que derivó en los apagones experimentados en varias regiones del país.
Según el comunicado, alrededor de las 4 de la tarde, se registró una disminución en la capacidad de generación de energía debido a la salida de servicio de tres centrales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en Tamaulipas y Monterrey, así como una reducción en la generación eólica y fotovoltaica. Esta combinación de factores provocó que aproximadamente el 3.34% de la demanda máxima del día quedara fuera de disponibilidad en el Sistema Interconectado Nacional, alcanzada a las 4:36 pm.
Ante esta situación, a las 5 de la tarde se declaró el estado operativo de emergencia, lo que llevó a interrumpir el suministro de energía de manera rotativa durante aproximadamente 48 minutos. Sin embargo, la situación empeoró poco antes de las 7 de la tarde, cuando se reportaron nuevas salidas de operación en diversas plantas de generación de energía, lo que obligó a una nueva interrupción del suministro eléctrico para mantener la seguridad del sistema eléctrico.
El proceso de reconexión del suministro eléctrico afectado comenzó a las 8:10 de la noche y finalizó a las 11 pm, según lo indicado por el CENACE. Es importante destacar que, durante esta situación, se mantuvo una coordinación constante con la CFE y las centrales generadoras afectadas para garantizar su pronta recuperación.
El Sistema Interconectado Nacional desempeña un papel crucial en la distribución de energía eléctrica en México, ya que concentra la energía generada por las principales centrales y la dirige hacia los centros de consumo locales. Cuando se produce un desbalance entre la carga y la generación, como en este caso, se activan automáticamente los esquemas de protección del sistema para evitar daños mayores y asegurar la estabilidad del suministro eléctrico.
Aunque este tipo de eventos no son infrecuentes, es fundamental que se continúen realizando esfuerzos para fortalecer la infraestructura eléctrica y prevenir interrupciones en el servicio que puedan afectar a la población y la economía del país.
